No es sólo la embajadora de la Unión Europea en la República Dominicana, Irene Horejs, quien se preocupa por el excesivo flujo migratorio desde Haití hacia el país, aunque prever que este pueda detenerse cuando el vecino territorio sea viable económicamente, resulta una real utopía, lamentablemente.
Lo de mantener buenas relaciones entre ambas repúblicas deviene esfuerzo cotidiano; las acciones del propio presidente Leonel Fernández, aún cuestionadas y polémicas, se insertan en este vasto sendero de búsqueda de soluciones.
Hay que reflexionar mucho al respecto. Sobre todo, cuando se observa la situación y reglas con las cuales el país más poderoso y desarrollado de mundo, los Estados Unidos de América, enfrenta la inmigración masiva e intenta imponer leyes para detener la llegada de miles y ya millones de indocumentados.
La controvertida Ley 10-70 de Arizona, por ejemplo, recuerda que en dicho Estado, según estadísticas, en 1940, existía una cifra aproximada de 90 mil inmigrantes indocumentados, que en el año 2000 alcanzó los 300 mil y actualmente cuenta medio millón.
Pero, en Arizona, como aquí, muchos se han hecho los de la “vista gorda” y estas personas ilegales han engrosado la mayoría de las obras, empresas y negocios, donde su condición permite un pago inferior que el que merecen, así como otros métodos que al final resultan un verdadero problema para el país. Y la pregunta es, si los Estados Unidos confrontan esta disyuntiva, ¿qué podrá ocurrir en la República Dominicana?
La prensa nacional habla de cómo el presidente Fernández invierte US$50 millones en la construcción de una universidad en Haití, “en lugar de socorrer a cientos de estudiantes dominicanos, que por décadas reciben clases debajo de árboles, ranchetas y casitas alquiladas”.
La embajadora de la Unión Europea entiende que deben buscarse soluciones en Haití, “porque en poco tiempo la parte Este de la Isla de Santo Domingo no resistirá el flujo migratorio desde el vecino país”.
Las preocupaciones, en verdad, son muchas y la luz al final del túnel no se ve por parte alguna, aún…