Naciones Unidas.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, consideró hoy "injustas" las críticas vertidas hacia su gestión por parte de la ex responsable de la lucha contra la corrupción interna del organismo, quien calificó de "deplorable" su liderazgo en un reciente informe.
"Si cualquier persona, o país miembro de la ONU, o colega en el Secretariado me hace acusaciones en asuntos de responsabilidades o éticos, lo veo como injusto", dijo en una conferencia de prensa Ban, quien aseguró que "desde el primer día" esos principios han sido una de sus prioridades al frente del organismo.
En ese aspecto, resaltó que desde que asumió el cargo en enero de 2007 ha hecho obligatoria la adopción de un mismo código de ética a todos los programas y fondos de la organización multinacional, pese "a las muchas reticencias" de sus responsables, y ahora lo hará con las agencias especializadas.
Asimismo, insistió en que ha dado plena autonomía a la Oficina de Supervisión Interna de Naciones Unidas (OIOS) para combatir la corrupción dentro del organismo.
"Por eso, si alguien cuestiona mi integridad o mi compromiso con la depuración de responsabilidades o la ética desde un principio, me es muy difícil aceptarlo", agregó.
El cuestionamiento al que hacía referencia el secretario general es el informe confidencial que la ex jefa de OIOS Inga-Britt Ahlenius dejó sobre su mesa antes de abandonar el cargo el mes pasado.
En el documento, filtrado a la prensa, se acusa a Ban de incumplir la promesa de reformar la ONU que hizo al asumir el cargo de secretario general y de impedir la contratación del ex fiscal estadounidense Robert Appleton, que al frente de un equipo de investigación temporal ya había destapado una veintena de casos de corrupción en el organismo.
A su vez, Appleton presentó la semana pasada en el tribunal laboral del organismo una reclamación contra Ban en la que lo acusa de bloquear su contratación a causa de su género y nacionalidad.
Ban aseguró hoy que rechazó las recomendaciones de Ahlenius porque no siguió "los procedimientos correctos requeridos por la regulación de la ONU".
"No espero que a todos los países miembros o a todo el personal del Secretariado le gusten mi estilo y políticas, pero soy un hombre con sentido común, muy razonable y práctico, que no se va a los extremos", agregó.
El revuelo causado por el informe interno de Ahlenius y la querella de Appleton son vistos como particularmente perjudiciales para la gestión del ex ministro de Exteriores surcoreano, que asumió el cargo hace más de tres años con la promesa de reparar el daño que supuso para la institución el escándalo del programa "Petróleo por alimentos" en Irak.