“Es tiempo de Miguel”. De lo contrario nos tendríamos que adecuar a los tiempos actuales en Latinoamérica y el mundo, escogiendo a una candidata para el 2012.
No obstante, y aunque el Partido Revolucionario Dominicano por vez primera en la historia política de nuestro país ya debutó como vicepresidente una líder política incuestionable y digna referente a emular cuando se habla de la actividad política decente, nos queda en agenda elegir a una candidata presidente.
Opino que en el próximo Congreso “Dr. José Francisco Peña Gómez”, se podría estipular como norma institucional del partido, el binomio: Hombre-Mujer o Mujer-Hombre en lo adelante, en las candidaturas presidencial y vicepresidencial.
La escogencia vicepresidencial que puede ser dentro ó extra partido, teniendo como base científica las encuestas de opinión para valorar la “potabilidad en la población” de o la candidata(o).
Así, que, con este preámbulo-pienso- que el ingeniero Miguel Vargas, independientemente debería seleccionar a una mujer como su compañera de victoria electoral.
Los porqués son varios. La mujer es un voto seguro y fiel de los candidatos, acuden a votar, realizan un proselitismo ferviente la mayoría de las veces “sin nada a cambio”. Aunque debo decir que aún queda un-machismo oculto-en la mujer criolla como remanente cultural y político, en directa relación marido-presidente hombre. Lo inverso con respecto a la mujer sucede también en algunos hombres.
En cuanto a las funciones de la vicepresidencia sugiero que, sea hombre o mujer le sea asignado(a) la tarea de gestionar y coordinar las vacantes de empleos disponibles del Estado con fines de colocar a los militantes según la cualificación individual. Que no se continúe dejando a la improvisación ni al desorden imperante tras ganar las elecciones; mucho menos, en manos de “politiqueros y la politiquería” jugando en gran medida con mentiras de promesas incumplibles y que, por desgracia, es frecuente en la práctica política realizarla de manera irresponsable.
El o la vicepresidente puede perfectamente ocuparse como Estado y Gobierno de turno de la situación laboral de las bases, además de que se eliminaría el clientelismo y las nominillas e igualmente evitar el cobro de dos y tres sueldos en el Estado. Parece ser que las llamadas “ayudantías y becarios” que tienen los ministerios son otra forma-quizás-clasista de lo mismo.
Otro motivo sería-en cierta medida-descargar al partido de la exigente demanda laboral y que, su rol no sea una extensión del Gobierno, sino que mantenga los lineamientos institucionales de su razón de ser como partido político.
Lo ideal fuera que en la República Dominicana, los puestos de trabajo desde el barrendero hasta el administrativo fueran por oposición, es decir, saca su plaza laboral previo concurso la cual ocupa hasta su jubilación.
Pero, parece ser que a los partidos políticos prefieren o se alimentan del ego de la muchedumbre; desesperados, enfadados y hasta belicosos, en pos de un empleo del gobierno de turno con características que llegan a la mendicidad. Debido a que se pasan días, semanas, meses y años detrás de un líder, dirigente o haciendo “sala” en los partidos políticos.
Iniciaré poniendo a consideración de ustedes a dos mujeres que pueden ocupar la vicepresidencia del país: socióloga y mujer conocedora, diría experta de la política sui géneris dominicana, desde mi punto de vista sabría conectar con las masas, es su profesión, señora Rosario Espinal.
También la abogada y dirigente empresarial, señora Marisol Vincens Bello, siempre activa desde su posición, domina la variable o relación: empleado-empleador. Está al día de los problemas que agobian el diario vivir de los dominicanos(as).
Pero lo importante es que hay muchas mujeres dentro y fuera del partido, con excelentes perfiles-en el caso que nos ocupa-vicepresidenciales. Tendrían a una gran maestra para fines de asesoría, doña Milagros Ortiz Bosch en caso de que no esté interesada en ocupar de nuevo la vicepresidencia del país.
Madrid-España