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Carta a Juan TH

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Los que nos identificamos con la forma de usted escribir nos parece que volveremos a leerlo en otra dimensión cuando pase la convención interna del Partido Revolucionario Dominicano e Hipólito Mejía salga derrotado. De paso te felicito por el gran esfuerzo público que haces por mantener una confrontación estúpida entre Miguel Vargas e Hipólito Mejía.

Lo mismo puedo hacer yo, que sangro por la misma herida que usted, pero no lo voy hacer, porque creo que estamos cerca del poder y sea cual sea el resultado de la próxima convención y gane quien gane, es la unidad de todos la que permitirá al PRD ganar las venideras elecciones.

Mientras esto sucede parece que tendremos que aceptar que su pupilo, el ex presidente de la República es el mesías y redentor del pueblo, el que viene a resucitar y a levantar nuevamente a Lázaro, porque así lo ha “profetizado” el valiente y excelso comunicador.

Para nadie es un secreto que dado el buen desempeño del PRD en los pasados comicios, los funcionarios del gobierno tienen que andar de prisa y preferir a cualquier candidato dentro de esa entidad antes que a Miguel Vargas Maldonado.

Los de dentro del PRD pierden su tiempo en el ataque despiadado al miguelismo.

El propio presidente de los perredeístas está tan consciente de de que todas las flechas apunta hacia su corazón, que en cada reunión que realiza con la dirigencia del partido en cada rincón del país presenta un ramo de olivo en señal de que no responderá los ataques cargados de veneno de ninguno de sus compañero, porque entiende que al final todos se juntarán y se montarán en la patana del triunfo.

Las bases irredentas del PRD reclaman al unísono unidad.

Para mí los precandidatos presidenciales perredeístas Jesús Colón, Guido Gómez, Aníbal García Duvergé, Luis Rodolfo Abinader, Hipólito Mejía y Miguel Vargas están ganados, siempre y cuando se abracen a la unidad y junto a las bases firmen un pacto de respeto y cariño.

Dejemos a un lado los impulsos corporales, no miremos por encima del hombro al compañero, no seamos tan irrespetuosos e impulsivos, mantengamos la calma, la serenidad y la firmeza.

Me parecería estar escuchando la canción de los Guaraguaos de Venezuela, que habla del mantenimiento de la división que sólo alegra a los enemigos, mientras que las luchas juntos nos llevan a la victoria final.

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