Washington.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, ofreció hoy una cena privada en la Casa Blanca a cuatro líderes de Oriente Medio para relanzar las negociaciones para un histórico acuerdo que lleve finalmente la paz a la convulsionada región.
La Casa Blanca dijo que sólo divulgaría una foto oficial de la cena de trabajo en el comedor de la residencia privada, pero Obama ya había dejado claro, tanto en reuniones bilaterales como en declaraciones a la prensa, que el objetivo del diálogo es poner fin al conflicto entre israelíes y palestinos.
Sentados a la mesa estaban Obama; el presidente de Egipto, Hosni Mubarak; el rey Abdalá II de Jordania; el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.
También los acompañó la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el ex primer ministro británico Tony Blair, como representante del Cuarteto para Oriente Medio (EE.UU., Rusia, ONU, Unión Europea).
Que Obama haya logrado sentar a la mesa a compartir el pan a Netanyahu y Abás es un logro en sí, según observadores, tomando en cuenta que las negociaciones han permanecido en el congelador tras un ofensiva israelí en 2008, hace 20 meses, que se cobró la vida de 1.400 palestinos.
Aún antes de ese incidente ya había fricciones, por lo que éstas serán las primeras pláticas "sustantivas" entre los líderes israelí y palestino desde 2000.
De todas maneras, la función social y el simbolismo de la cena son ineludibles: la Casa Blanca ha organizado otras cenas en el pasado para líderes de Oriente Medio, con la idea de que, al compartir una comida, éstas propician un ambiente para el diálogo.
Antes de la comida, Obama y los cuatro líderes dieron declaraciones desde un solemne pero hacinado Salón Este de la Casa Blanca, que para esta ocasión lucía las banderas de sus respectivos países.
Obama reiteró que su Gobierno sigue apoyando una solución de dos Estados que ponga fin a la ocupación israelí de los territorios palestinos que data de 1967 y permita la creación de un Estado Palestino que coexista en paz con Israel y toda su vecindad.
Netanyahu aseguró que no llegó a Washington en busca de culpables ni de excusas sino de "un acuerdo histórico que permita a ambos pueblos vivir en paz, seguridad y dignidad".
Abás replicó que está dispuesto a cooperar para asegurar el éxito del proceso de paz, pero subrayó que los israelíes tienen que poner de su parte, comenzando con el congelamiento de los asentamientos en Cisjordania y la libertad de movimiento de los palestinos.
El camino por delante no será un paseo de rosas, por la plétora de asuntos sobre la mesa, que en el pasado han echado por la borda las negociaciones: definición de fronteras, seguridad, futuro de refugiados y recursos hídricos.
A juzgar por las declaraciones de hoy, un asunto inamovible para ambos lados es el de los asentamientos y, antes de alzar la primera copa, es el que más amenaza con entorpecer este nuevo esfuerzo.
Por ello, un reto importante para las partes será dejar de lado varias décadas de desconfianza, resentimientos y recriminaciones.
Tanto los israelíes como los palestinos han tomado pasos para llegar hasta este punto "pero eso no quiere decir que esto será fácil, de ninguna manera", advirtió recientemente el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
"Esto se ha intentado una y otra vez en el pasado durante más de tres décadas, y creo que tomará algún tiempo para superar los asuntos" que han obstaculizado el proceso, reconoció Gibbs.
Antes de la cena todavía se hablaba del atentado del martes, a manos del grupo extremista Hamás, cerca de la ciudad cisjordana de Hebrón, donde habitan centenares de colonos judíos.
Ese atentado, en el que murieron dos hombres y dos mujeres -una de ellas embarazada- sirvió de recordatorio a los comensales de la Casa Blanca de que aún es muy fácil sabotear estas incipientes negociaciones.
La cena y reuniones de hoy en la Casa Blanca buscan "calentar motores" para el relanzamiento oficial de las negociaciones directas entre los israelíes y palestinos mañana en el Departamento de Estado.
La meta, según Netanyahu, es que las partes en conflicto puedan declarar "shalom", la palabra hebrea para la "paz". EFE