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Político niégate a ti mismo

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Si se niega a si mismo no está sacando los valores humanos que lo hacen ser él mismo. Cuando se niega a sí mismo está buscando que el hombre viejo que lleva en su interior se vaya transformando.

El hombre viejo es que lo motiva e impulsa a ser más avaro, egoísta, corrupto, tránsfuga, un politicastro. Cada instante que se niega a si mismo, está comenzando a ser un hombre nuevo.

Cuando se niega a si mismo no es un masoquista, reprimido, sino que está librándose de la basura, escoria que impide que su vida sea digna, que la razón lo conduzca a ver con claridad que necesita, tener buenos hábitos.

La vida va cambiando, es el poner menos empeño en las cosas exteriores y preocuparse más de las interiores, librarse de la concha que lo envuelve, verse con sinceridad, alejado de las pasiones que nos se pueden evitar, pero sí controlar.

Esto tiene un valor ilimitado, incalculable, es el auto conocimiento. Estar convencido que se debe hacer el esfuerzo, que se logra soportando los sacrificios, sólo así se sana el espíritu. Esto es lo que el filósofo Zenón de Citio disertando acerca del cumplimiento del deber como una acción de la razón moral definía como apatía. No permitir que los sentimientos lo dominen. Ese es el camino recto que es tan duro como sencillo.

Cuestionarse, no engañarse, ver sus debilidades, fortalecerlas. Cuanto mejor se conoce, tanto mayor es su bienestar. Se crece cuando se conoce la verdadera naturaleza de su yo, con tal que reflexiones sobre ella y practique las buenas costumbres. El ser humano está perdido cuando no se conoce a si mismo y vemos que yerra como un salvaje.

Lo único que debe importarle es el deber cumplido. Nada puede avergonzar a quien por decisión propia, reconoce abiertamente sus errores y se avergüenza de ellos, aunque los demás lo desconozcan. Realmente es duro hacerse culpable, pero peor es pretender ocultarlo. Esto es lo que llamamos tener valor moral.

Si no conocemos nuestros propios errores, es volver a repetirlos y añadir el error de encubrirlo. Cuando se rectifica el error deja de serlo. Si se cubre o disimula, de seguro aflora como un absceso y se convierte en un peligro. Si ejerce la auto incriminación, es una demostración de libertad, lo que llamamos crecimiento espiritual, realización. Si se conoce a si mismo, está salvado.

En el año 1944 cuando comencé los estudios secundarios tenía un rincón en la Biblioteca Municipal y recuerdo haber leído que un poeta decía: que un ser humano sin saber es como un animal. Y yo me preguntaba: en que consiste ese saber. Pasando los soles he comprendido que sólo el saber es lo que habilita al ser humano para conocerse a si mismo. En otras palabras, el saber es conocimiento del yo. El imagen de sus pensamientos y para crecer estos deben estar en el interior, jamás buscar fuera lo que está en nuestro interior. Cuando prevalece la vida exterior, las consecuencias pueden ser funestas.

El ámbito del crecimiento está en el interior. Ahí nos encontramos con nosotros mismos, vayamos a ese sanador silencio y no cortemos la comunicación con Dios. Les aseguro que en esa conversación, me detengo y Dios nos habla, surgen ideas, insinuaciones. Háganlo, de seguro, no estamos solos.

El autor es vicealmirante ® de la Marina de Guerra Dominicana.

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