No sé si son los años que llevo sin ir a mi país o si son los más de 5,000 Km., que me distancian; tal vez, tengo envidia de los peledeístas. Quizás tengo un deseo oculto de estar en su lugar, es posible que, mi-mitad cerebral del mal-desee estar en un gobierno permisivo hasta el éxtasis.
Lo mismo me siento desesperada; toda mi vida en la oposición. Nunca me ha tocado la lotería política, de saborear las mieles del poder. Debe sentirse una tranquilidad espiritual sin igual. Se debe sentir el calor de las llamas directamente del infierno.
El presidente Leonel Fernández ha enviado un SMS a través de uno de sus sainetes, el doctor Vincho Castillo, apostando por un “Referendo Consultivo Reeleccionista”. Ya colocó una pieza humana clave en la Junta Central Electoral, al doctor Roberto Rosario.
La mayoría en su partido de una u otra forma está recibiendo beneficios para que callen, no piensen ni opinen, menos reflexionen o, cuestionen sus actuaciones como presidente y líder de su partido; incluyendo a los aspirantes presidenciales y sus seguidores. Por lo tanto, están atrapados en las garras del poder del “León”.
¿Qué podemos hacer los dominicanos(as) para que el presidente Fernández entienda que es insano que un presidente intente perpetuarse en el poder? Que es falso, nadie en este mundo es indispensable. Somos como el agua que va y viene, renovándose en cada oleaje, trayendo a tierra especies nuevas y distintas.
Que no forma parte de los “Diez Mandamientos”, la frase: “el espacio político no se cede”. Lo que se debe cederles a los ciudadanos(as) es su autonomía, sus conquistas acumuladas a través de la historia como es la Constitución dominicana.
¿Cree en la Democracia? ¿No cree que la República Dominicana podrá sobrevivir sin su persona? ¿Acaso piensa que el Partido Revolucionario Dominicano le va aplaudir esta propuesta? Es cierto que en las aguas perredeístas hay turbulencias, propio de la democracia existente en el partido. Pero no pierda la perspectiva de gobernante ni su intuición política, menos aún, el olor enojado del pueblo dominicano que le debería llegar a diario a su despacho. No se deje lavar el cerebro de las idolatrías habituales de los entorno del poder. Tampoco de encuestas direccionada. No provoque, de momento, somos un pueblo “manso”.
Creo en una República Dominicana que sabrá sobreponerse y superar los traumáticos años del ejercicio del poder por presidentes como usted. Un político que no ha sabido prometerles algo más importante a los dominicanos que un Metro. Tan poco original ha sido que su promesa se basó en un New York chiquito; sí, ha convertido a nuestro país en la otrora calle de los años 90, de Hunt Point, en Brooklyn.
Tenemos que alzarnos en contra de su propuesta continuista, aunque quiera teñirla de democracia. Nuestro país no se unirá a los gobernantes que están instaurando la moda de los referéndums en América Latina. No le permitiremos emular a otros presidentes de la región.
¡Queremos un Presidente Constitucional cada cuatro años! Es lo que dice nuestra Carta Magna. Es lo que manda la Democracia en todo el mundo.
Madrid-España.
