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Villas Agrícolas: drogas, desempleo y prostitución

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El sector de Villas Agrícolas, ubicado en la parte alta del Distrito Nacional, se sumerge en las drogas, el desempleo, la prostitución y la delincuencia, ante la mirada indiferente de las autoridades, que no hacen el más mínimo esfuerzo por sacarlo del “infierno” donde se ha encallado.

Ante las precariedades, el abandono y la falta de oportunidades que viven en Villas Agrícola, la esperanza, los sueños y el deseo de superación se desmoronan, al punto de que sus moradores se sienten abandonados y sólo están “esperando la muerte”.

La deserción escolar es mayúscula y la juventud no encuentra el modo de conseguir un empleo digno para mantener sus estudios, debido a que son despreciados porque provienen de un barrio donde la delincuencia es la cualidad más reconocida.

Esta problemática trae como consecuencia que los habitantes de la barriada se dediquen a temprana edad a vender y consumir drogas para poder subsistir y olvidarse de su desgracia.

Otro factor que se une al ambiente delincuencial en es que viven una intensa tanda de apagones, que, además de perjudicar a los pocos microempresarios del sector, también crea un escenario favorable para los asaltos y robos que se producen.

Una escena de atraco la vivió Elvis Santana, dependiente del colmado La Esperanza, cuando un miércoles a las 10:00 de la noche, dos individuos lo encañonaron y cargaron con todo el efectivo y las tarjetas de llamadas, dejando pérdidas de RD$50 mil y un tremendo susto.

También, la prostitución y los negocios de diversión, que han ido creciendo en las inmediaciones del sector, es un grave problema, porque sus habitantes tienen que hacer malabares para lidiar la situación.
A esto se une la indiferencia de las autoridades gubernamentales, responsables de impulsar programas competitivos para motivar a los munícipes a alcanzar un estilo de vida digno: estudiando y trabajando.

Vitilio Arias, presidente de la junta de vecinos El Milagro, espera que como el nombre de su organización que preside, el gobierno haga un milagro, dedicando recursos para que las juntas de vecinos y otras delegaciones puedan trabajar a favor del sector, en beneficio de los residentes y en especial de la población joven a fin lograr que nunca muera el esfuerzo por la superación personal y barrial.

Los residentes de Villas Agrícola tienen desiguales pareceres en cuanto a la construcción de un motel en la calle Aníbal de Espinosa, próximo a la escuela España del sector de Villas Agrícola.

Francisco Andújar, quien encabeza una comisión en oposición a la construcción del motel, considera que esa edificación atenta contra la moral y las buenas costumbres del lugar, porque está ubicado cerca de varios colegios e iglesias de distintas denominaciones.

Sin embargo, Vitilio Arias entiende que podría ser beneficiosa si se propone que los empleados del motel sean residentes del sector. Considera, además, que es mejor que las parejas usen el hotel, a que tengan relaciones sexuales en callejones a la vista de todos.

Asimismo, Ana Griselda Peguero, presidenta de la junta de vecinos Ana Deysi Eduardo, de Villas Agrícola, expresó que no entiende por qué tanto alboroto, si la construcción será, en definitiva, en la parte comercial del sector y no en la residencial.

Tanto Arias como Peguero creen que producto del motel, el servicio de agua potable podría mejorar, pues sólo llega dos veces a la semana y si no hay luz no hay agua, pero con dicha edificación la presión a la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), sería más intensa.

De todos modos, entre cúmulos de “opiniones encontradas”, las personas que residen en el sector de Villas Agrícola del Distrito Nacional, no apagan sus esperanzas y sueños. La mayoría opina que ese sentido de pertenencia de su barrio vive en ellos y esperan que un día no lejano un reportaje similar a este tenga otros matices, otras opiniones muy diferentes.

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