El cólera es más que una situación de Seguridad Nacional en Haití, tal y como han publicado los medios de comunicación. El presidente del Colegio Médico Dominicano, Senén Caba, considera que es ya inminente su entrada a la República Dominicana y en verdad, aún no se prevé, ni se puede siquiera pensar en el punto que pondrá fin a esta difícil situación que ha causado centenares de víctimas y mantiene a miles de personas infectadas.
Aunque es cierto que lleva tiempo detener una epidemia como esta, también es verdad que mientras más se dilaten los controles extremos, la enfermedad cobrará más vidas y su avance será implacable.
Dicho de este modo, la República Dominicana corre mayores riesgos. La realidad es que se necesitan recursos con los cuales no cuentan ni haitianos ni dominicanos.
El padre Regino Martínez denunció que se pagan hasta 5 mil pesos a militares para que los inmigrantes del vecino país ingresen al territorio nacional dominicano y aunque puedan existir dudas en cuanto al monto de ese pago, la verdad es que el acceso de ilegales aquí sigue siendo de manera indiscriminada y los riesgos se acrecientan para la sociedad dominicana.
Sería este un momento justo para que los países comprometidos con la restauración de Haití lo socorrieran, pero con medidas drásticas y urgentes, que no esperaran largas tandas de aprobaciones en Congresos europeo y norteamericano.
Se sabe el peso que recae sobre la nación dominicana y también se conoce que no alcanzan aquí las fuerzas internas para sustentar una epidemia así.