Sin pavores, pero con suficientes medidas de prevención, tal y como hasta ahora han exhortado las autoridades del Ministerio de Salud Pública, la sociedad dominicana debe enfrentar la realidad de la llegada del cólera al territorio nacional.
Miles de víctimas ha cobrado la enfermedad en la vecina Haití, en tanto mantiene a millares más infectados. Hasta la fecha, el país veía lejana la epidemia, pero el hecho de que se haya registrado un primer caso de cólera en La Altagracia exige mayor disciplina de dominicanas y dominicanos, principales actores en la vigilancia epidemiológica.
Desde el pasado 22 de octubre, los esfuerzos por informar y alertar a la población han sido continuos en los medios de comunicación, pero para nadie es un secreto que por mucha vigilancia que exista, el cruce fronterizo de 275 kilómetros es, sin duda, el principal riesgo de contagio.
Se conoce que la bacteria que origina esta enfermedad se reproduce de manera vertiginosa. Las Naciones Unidas han expresado su preocupación al respecto y en la República Dominicana, tanto el ministro de Salud Pública, Bautista Rojas Gómez, como el presidente del Colegio Médico, Senén Caba, junto a representantes de organizaciones internacionales de la Salud, han dado instrucciones acerca de cómo prever que el brote no se transmita y se convierta en algo indetenible, como sucede ahora mismo en el suelo haitiano.
Una vez más, DominicanosHoy, que hasta la fecha no ha cesado de publicar editoriales y artículos al respecto, recuerda la importancia de lavarse muy bien las manos, evitar las aguas estancadas, hervir el agua que se bebe, cocer bien los alimentos. Lavar las ensaladas, vigilar las cañerías, evitar la falta de higiene en cada uno de los establecimientos donde se expenden vegetales u otros productos del consumo nacional, entre otras imprescindibles exigencias.
Tener en cuenta que ante el menor síntoma de diarreas agudas, deben recurrir cuanto antes al médico. El diagnóstico precoz es imprescindible, pero más lo es aún la previsión.
Funcionan los centros de salud y emergencias en las provincias fronterizas y en el resto de la geografía nacional, según ha declarado Bautista Rojas, pero para nadie es un secreto que la República Dominicana no está preparada para enfrentar el avance de una epidemia de tal envergadura.