Las medidas que ha dispuesto el ministro de las Fuerzas Armadas, Teniente General Joaquín Virgilio Pérez Feliz, para garantizar la seguridad en la Frontera dominico-haitiana, merecen un reconocimiento especial por parte de la sociedad dominicana.
En visita que realizáramos recientemente a la Línea Noroeste y muy especialmente a la zona fronteriza por la división con la provincia de Dajabón, pudimos apreciar el gran cordón de seguridad que ha sido dispuesto en esa demarcación, por instrucciones del Teniente General Joaquín Virgilio Pérez Feliz.
Los vehículos que transitan desde Valverde Mao hasta la línea divisoria entre los dos países son celosamente chequeados por efectivos de las Fuerzas Armadas, sin importar el color de la placa o el estatus de sus ocupantes, lo que demuestra que se está realizando un trabajo serio para evitar que los haitianos penetren a este lado de la Isla.
A pesar de tanta y estricta vigilancia, los uniformados que nos detuvieron nos dijeron que hacían eso con todo el mundo porque el ministro de las Fuerzas Armadas se ha mantenido realizando visitas sorpresas a la zona y que tenían la impresión de que en cualquier momento se aparecería hasta en un vehículo no oficial para percatarse del trabajo que ellos están haciendo.
Esa aptitud del Teniente General Pérez Feliz no solamente habla muy bien de su singular formación y rectitud militar, sino de su amor por nuestro país y del compromiso contraído ante su comandante en Jefe y la lealtad que desde siempre ha profesado a la Patria.
Nos contaron que en estos momentos de incertidumbre y desvelo, el ministro de las Fuerzas Armadas no solamente se ha mantenido frecuentando personalmente la zona fronteriza, sino que ha mostrado especial preocupación e interés en que los militares que se encuentran apostados a lo largo de los más de 300 kilómetros de frontera sean abastecidos de cuanto necesitan para realizar sus operaciones de defensa del espacio criollo.
Y esa disposición y entrega por parte del General Joaquín Virgilio Pérez Feliz no es de extrañarnos, porque siendo Jefe de Estado Mayor del Ejército Nacional, siempre mostró esas mismas preocupaciones y sobre todo hizo énfasis en la parte humanitaria a favor de los militares bajo su mando, sobre todo porque nos encontrábamos en momentos diferentes a los que vivimos hoy día frente a los vecinos de la Isla.
Esa sapiencia y experiencia militar, demostrada a la luz del conocimiento del presidente de la República y el pueblo dominicano en sentido general, han sido las que le han permitido al Teniente General Pérez Feliz tomar las decisiones más oportunas y provechosas para el país y la clase militar que representa, en cada momento que le ha correspondido dirigir los destinos de las instituciones castrenses nacionales.
Sus condiciones profesionales dentro de las Fuerzas Armadas, su lealtad a la Patria y su vocación humanitaria en definitiva, han sido las herramientas que le han permitido al Teniente General Joaquín Virgilio Pérez Feliz convertirse en el más exitoso ministro de las Fuerzas Armadas que haya conocido el país, por los resultados obtenidos en tan poco tiempo.
Ojalá que el futuro nos depare nuevos ministros de las Fuerzas Armadas revestidos de la capacidad, el coraje y el humanismo del Teniente General Pérez Feliz y que sepan tomar decisiones oportunas y acertadas como las que le ha correspondido adoptar en momentos en que tanto sus subalternos como el país lo han necesitado y que tengamos mandatarios que los identifiquen con ese perfil para ponerlos al frente de tan delicadas funciones.
Las Fuerzas Armadas en la frontera
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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