MOSCÚ.- Los moscovitas recibieron la noticia de la elección de Rusia como sede del Mundial de fútbol en 2018 a golpe de claxon, ya que la ciudad se encuentra una vez más paralizada en uno de sus legendarios atascos.
Sin nada mejor que hacer que esperar a que la caravana de automóviles avance por las obstruidas arterias de la ciudad, los conductores golpean, más que tocan, sus pitos repetidamente en señal de júbilo.
"Rusia, Rusia, Rusia", corean los conductores y algunos viandantes, mientras otros ondean la bandera tricolor rusa, que reemplazó en 1991 a la roja soviética.
Según la prensa digital, no se esperan grandes concentraciones de aficionados ni en la capital rusa, ni en otras ciudades de la parte europea de Rusia.
Una de las razones es la ola de frío polar que sacude estos días este país, donde los termómetros marcaron el miércoles por la mañana en Moscú los 24 grados bajo cero, temperatura inusualmente baja para esta época del año.
La víspera el partido de Liga Europa que enfrentó al Zenit y al Anderlecht belga en San Petersburgo se disputó bajo una temperatura que rondaba los 20 grados bajo cero.
No obstante, el Mundial se disputará en verano en la parte europea de Rusia, en la que en verano las temperaturas rondarán los 30 grados centígrados.
EN QATAR
EL CAIRO.- Con banderas rojiblancas y el ruido de vuvulezas y de las bocinas de los automóviles, los qataríes se lanzaron a la calle al conocer que su país organizará la Copa Mundial de Fútbol del 2022.
La celebración más importante se desarrollaba en el mercado Waqef, de Doha, donde se instaló una pantalla gigante para conocer la decisión que iba a difundir desde Zurich la FIFA, de acuerdo con las imágenes de la cadena qatarí Al Yazira.
"Let’s make history today" (Hagamos hoy historia), decía en inglés uno de los paneles colocados cerca de la pantalla gigante.
Miles de personas agitando banderas qataríes, retratos del emir Hamad bin Jalifa al Zani, y réplicas de la copa del mundo de fútbol estallaron en un júbilo general tras conocer que Qatar será el primer país de Oriente Medio que organiza este torneo.
"Estamos felices porque para mí Qatar es mi segunda patria, y mi hijo tendrá quince años cuando se lleve a cabo el mundial", dijo uno de los hombres que participaba en la celebración, de nacionalidad marroquí y que cargaba un niño que intentaba agarrar el micrófono.
En Qatar, un país de 1,5 millones de habitantes que basa su riqueza en sus reservas de gas, trabajan 1,2 millones de extranjeros, que son la principal fuente de mano de obra de esa nación, al igual que en el resto de las naciones del golfo Pérsico.
"Todos los árabes somos uno en esto. Es un orgullo para el mundo árabe", agregó otro de los celebrantes en declaraciones a la cadena qatarí, cerca de otro joven que llevaba puesta una camiseta del Barcelona.
Al Yazira también entrevistó desde Zúrich al emir de Qatar, vestido con traje occidental, en lugar de las ropas árabes con las que se presenta habitualmente.
"Estamos seguros de que podemos hacerlo. Sé que Qatar es visto como un país pequeño, y que puede estar lejos de poder llegar a hacer un evento como este, pero Qatar lo puede llevar a cabo", agregó el jefe de Estado del país árabe.
