Este lunes 6 de diciembre, último mes del año 2010, pasará a la historia como ese día en que la República Dominicana se vistió de amarillo para pedir, exigir, abogar, exhortar y mover en definitiva la opinión pública, con el objetivo de lograr lo que la nación requiere por encima de cualquier otra cosa: que le sea asignado al sector educacional el 4% que por Ley le corresponde.
Tantas voces no pueden equivocarse. Ningún país que se respete y luche por un desarrollo y futuro mejor puede lograrlo sin mujeres y hombres cultos.
Voces autorizadas recuerdan en estos días las 14 mil aulas a las que hay que adicionar unas 10 mil, para que los planteles funcionen correctamente y pueda impartirse una enseñanza con calidad; el requerimiento de una preparación sistemática para los docentes; el afianzamiento pedagógico para definir y financiar esa política de revalorización del personal responsabilizado de enseñar y lograr que las escuelas tengan servicios básicos. Por esto y más se viste de amarillo el país, en una movilización pacífica por un reclamo de la ciudadanía, por la añoranza de poseer la verdadera libertad, que sólo la otorga la cultura.
DominicanosHoy ha publicado una serie de reportajes, tristes historias del pésimo estado en que reciben la enseñanza niñas y niños en escuelas cuyo estado físico deja mucho que desear. Preocupa, además, que un 50% del estudiantado con edades para recibir la enseñanza secundaria no pueda tenerla.
Que se otorgue ese 4% y que haya autoridades responsables que sepan hacia donde dirigir correctamente los fondos, sin que la corrupción pueda siquiera mostrar su despectivo rostro y haga languidecer lo que tanto ha costado al pueblo dominicano.
De amarillo se ha vestido el día y si algo han enseñado estos tiempos de convocatoria y expresiones inteligentes a favor de la causa educativa, es que las voces populares deben escucharse y, por supuesto, merecen por tributo y respeto a la dignidad misma, prontas soluciones.