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Los políticos samaritanos del Estado dominicano

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Durante toda  mi existencia he escuchado de parte de todos los gobiernos que hemos tenido,  quejarse de las dificultades económicas de nuestro país  y de la imposibilidad de “cumplir” con toda la palabrería prometida, entre repartos  de botellas de Ron,   electrodomésticos,   pesitos dominicanos, funditas  de arroz   y  un aparataje  carnavalesco o campaña política.

Esta transmisión de valores como sustituto   del  trabajo,   regando  dádivas bajo un disfraz    de  marketing político y un halo místico-espiritual  de  protectorado- paternalista  y compasivo del candidato,  claro,  que  le asegura   al futuro  presidente su ascensión al  cielo prometido.

Insistir  en continuar manteniendo a ciegas a un país en la era cibernética,  pero con un alto índice de analfabetismo que conlleva a un  conformismo  con las autoridades que los dirigen  y  lo peor,  resignados o   refugiados en un  destino  religioso ó divino.

A más de quinientos años de que nos descubrieran, todavía seguimos sin enterarnos  de que  nos siguen explotando psíquica y económicamente, ahora no son foráneos, sino por algunos dominicanos(as) “muy listos” que se aprovechan de la pobreza escolar y  material.

Señores  diputados(as):  creen  ustedes que  es  normal que un país con serias dificultades económicas crónica  y básica-no puntual-como la crisis mundial actual, pedirles    a las instituciones del Estado que,  dicho sea de paso, se sostienen con el pago de los contribuyentes, le donen dinero  para ustedes realizar fiestas  y quedar como espléndidos  y caritativos políticos.

¿Por qué tiene  el Estado o el  Gobierno, el Congreso Nacional, los Ministerios, los Ayuntamientos  que  hacerles   Fiestas a sus empleados o a profesionales que realizan una determinada actividad laboral?

¿No  es más detallista y significativo que dicho dinero salga de contribuciones personales de cada uno de ustedes?  ¿Estas aportaciones del erario-digamos-allanan el camino para aprobarles  proyectos a estos “gestores samaritanos” del Gobierno y el Estado?

El diputado Hubieres  no creo que sea   un político excepcional,  ni siquiera un ejemplo a seguir. Pero no deja de ser un acto de valentía y un llamado personal a sus compañeros diputados(as)  y  los senadores  para que  reflexionen sobre cuáles  son sus funciones ante el país y los que los eligieron en sus municipios y provincias. La lección es que ha sido el primero en hacer  un precedente  como legislador de tal  magnitud  y  considero que  debieron secundarlo haciendo lo mismo ante un  Congreso morado comprado.
 
¿De quién es función  la labor  social de un país?  Casi todos  los políticos quieren hacerse la foto “regalando” con el dinero ajeno. El protagonismo actual descansa en la Primera Dama, pero,  es la persona idónea (imparcial) para gestionar la Asistencia Social a los dominicanos(as) de todos los colores e incoloros. Esta oficina debe  estar descentralizada del centro del Poder, por razones obvias.

Viajar en proselitismo político reeleccionista,  dejando “vacío su curul”  y  sus labores como senador, señor Bautista.  ¿Le descuentan  de su sueldo los días que falta al  trabajo?

Le recomiendo  señores congresistas,   someter  un Proyecto de Ley donde se ponga orden en el país,  con relación a las labores sociales, que salen  del pago de los impuestos de millones de ciudadanos(as) que madrugan para trabajar. Hay que respetar a los trabajadores. Es crear empleos, trabajo. También hay que respetar los presupuestos asignados a las instituciones públicas. ¿Acaso tiene sentido si después se lo quitan diplomáticamente?

Tampoco está en regalar  Canastas de Maternidad. Es  implementar una política de Planificación Familiar a nivel nacional  para que las  familias pobres y las jóvenes adolescentes tengan a su disposición orientación sexual y preventiva.

Las reparticiones de Canastas Navideñas  por parte del Gobierno de turno  es otra corrupción administrativa y gerencial de los gestores con el dinero público. Soy una de tantos (as)  que  creemos que ya es hora de aterrizar  al siglo XXI.

Madrid-España

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