Washington.- El presidente de EEUU, Barack Obama, no suele hacer alarde de su cristianismo pero hoy, acompañado de su familia, asistió a un acto navideño en Washington el que se sumó a un coro e hizo un llamamiento de amor al prójimo.
La familia presidencial, incluida la suegra del mandatario, participó en el evento "Navidad en Washington", realizado en el National Building Museum y que será retransmitido por la cadena por cable TNT el próximo día 17.
En la velada, el mandatario, que algunos conservadores continúan afirmando que es musulmán, deseó a todos en el adornado salón una feliz Navidad y, tras recordar la historia del nacimiento de Jesús según el Nuevo Testamento, alentó a la audiencia a pensar en los demás durante las fiestas decembrinas.
"Somos llamados a amar a otros como a nosotros mismos. Somos el cuidador de nuestro hermano y nuestra hermana. Es un mensaje que guía mi fe cristiana", afirmó Obama, al hacer referencia al Libro del Génesis.
Tras su breve discurso navideño, la familia presidencial se sumó a los artistas y al coro en un canto navideño para clausurar el evento, en el que participaron hijos y nietos de prominentes figuras de la clase política, asesores legislativos y miembros de la prensa.
El acto, pensado para recaudar fondos para un centro médico infantil en Washington, fue conducido por la comediante Ellen Degeneres e incluyó presentaciones musicales de Miranda Cosgrove, Annie Lennox, Matthew Morrison, Andrea Bocelli y una visiblemente embarazada Mariah Carey, entre otros.
La pareja de Degeneres, la actriz Portia de Rossi, también acudió al evento y tomó asiento al lado de la familia presidencial.
Tras una hora de escuchar cánticos navideños y presentaciones musicales, Obama, su esposa, Michelle, y sus hijas, Sasha y Malia, pasaron al escenario y recibieron una ovación de la audiencia.
Antes del evento, los invitados se hicieron fotos con la familia presidencial frente a un enorme árbol de Navidad repleto de regalos.
Acompañado de un puñado de niños entre dos y siete años de edad, Obama colocó en el árbol una canasta llena de libros donados por la Casa Blanca para el Hospital Nacional del Niño.
Ante el enjambre de fotográfos y para deleite de los niños, Obama imitó a Santa Claus al soltar un sonoro "je, je, je", y retó a los pequeños a que siguieran su ejemplo.
El acto le ha servido a Obama como una especie de respiro antes de retomar esta semana la campaña de presión a favor de la extensión de los impuestos promulgados durante la presidencia de George W. Bush y que vencen el próximo 31 de diciembre.
Es un regalo que espera que el Congreso coloque bajo su árbol navideño. EFE
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