Estacionados en una antigua fábrica de la era soviética en el norte de Moscú, los elegantes supercoches parecen fuera de lugar.
Pero como explica Katia Moskovitch, corresponsal de la BBC en Rusia, los automóviles modernos ya no son raros en Moscú. En las calles abundan los modelos occidentales, muy superiores a los clásicos Ladas.
Sin embargo, ninguno se compara con los carros que se ven dentro de la fábrica. Se trata de Marussia Motors, una pequeña empresa en la que trabajan menos de 300 personas.
La dirige Nikolai Fomenko, un showman ruso convertido en piloto de carrera y a su vez devenido en empresario.
Con un precio de alrededor de US$132.000, el Marussia es el primer coche deportivo de lujo producido en Rusia.
Y a Fomenko le gusta pensar en Ferrari y Lamborghini como sus rivales.
Más allá del diseño curvilíneo de los coches, los motores del Marussia también ostentan una arrogancia similar a la de los automóviles deportivos italianos.
A principios de noviembre, la compañía adquirió una participación mayoritaria en el equipo de Fórmula 1 Virgin Racing, una jugada con la que espera promover su marca y mejorar el negocio de sus dos modelos, B1 y B2.
Dudas
Es un paso audaz, a pesar de que los observadores de la industria, tanto en Rusia como en el exterior, no están convencidos de que Marussia sea comercialmente viable.
"Todavía no tenemos mucha información acerca de la efectividad de los costos, las ventas y los gastos de producción de la compañía", dice Oleg Datskiv, director de la página web rusa Autodealer.ru.
"Tampoco hay datos transparentes acerca de los compradores reales y potenciales".
Mientras se monta en un brillante Marussia azul, Fomenko ignora las críticas.
"En este momento, todo está muy bien", grita por encima del rugido del motor y dice que ya tienen muchos pedidos, "muchos más de 300".
Sin previo aviso, el coche acelera y gana velocidad rápidamente.
"Puede alcanzar hasta 100 km/h en 3,5 segundos", cuenta Fomenko en voz alta.
"¿Quieres 300 kilómetros por hora?, no hay problema. ¿Y qué tal 340 kilómetros?".
Orgullo ruso
Fomenko está orgulloso del automóvil, sobre todo porque -con excepción del motor Cosworth, de fabricación británica- está diseñado y construido íntegramente en Rusia.
Las cualidades aerodinámicas y la velocidad extrema figuran entre los atributos clave del Marussia. Incluso la manijas de las puertas han sido eliminadas, así como los espejos retrovisores exteriores en uno de los modelos, para reducir la resistencia.
En lugar de espejos, el coche está equipado con cámaras de video que transmiten directamente a las pantallas de LCD en el interior del vehículo.
Fomenko insiste en que el Marussia es perfectamente seguro, ya que se ha hecho a partir de tres piezas desmontables, al igual que un coche de F1.
Pero la comodidad y el lujo son de vital importancia también, asegura el empresario.
"No estoy seguro de que usted pueda sentarse en un atasco de tráfico en un Enzo Ferrari o un Lamborghini Murciélago, pero en nuestro carro sí se puede", dice Fomenko, señalando el sistema de entretenimiento del vehículo, que está equipado con una selección de música y cine, internet, Bluetooth y Skype.
Marussia Motors tiene planes ambiciosos para el futuro cercano. "En tres años, nos gustaría producir alrededor de 2.000 de coches al año", comenta confiado Fomenko.