La crisis que sacude la economía británica y, sobre todo, el fuerte tirón de promoción y precios dado por Canarias para afianzarse en Gran Bretaña ha provocado que la Costa Blanca tenga esta temporada baja más turistas españoles que extranjeros, algo que no había sucedido nunca y que ha encendido todas las señales de alarma en el sector turístico.
La patronal hotelera advierte de que si no se toman medidas urgentes en el campo de la promoción, y de la creación de infraestructuras que atraigan otro tipo de turismo como el deportivo, la provincia puede convertirse en un destino estacional como la Costa Brava.
Algo que acarrearía cierres generalizados de establecimientos en invierno, lo que supondría un golpe letal para la economía provincial. El turismo es el único "motor" económico que aún no ha gripado del todo en Alicante.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el 70% de los visitantes llegados a la provincia desde el pasado noviembre fueron españoles.
Ni siquiera Benidorm, el principal destino turístico peninsular en invierno, se ha librado de la crisis del turismo extranjero, inglés fundamentalmente.
Los españoles alojados en los hoteles (este mes ha habido establecimientos con semanas con 30% de ocupación aunque el final de año se presente espectacular) superan en un 14% a los extranjeros.
Clientes que, además, pagan por la pensión completa entre 18 (Imserso) y 25 euros. Unos precios que sólo pueden soportar cadenas consolidadas y que, por supuesto, frenan cualquier tipo de inversión futura en nuevos hoteles o mejora de los actuales. Fuentes de la patronal Hosbec apuntan, en este sentido, que "como la coyuntura no mejore en los próximos meses y la Administración reaccione multiplicando la promoción, como ha hecho Canarias, podemos encontrarnos con un serio problema".
Empleo directo a 7.000 personas
En estos momentos, en Alicante hay abiertos, en plena temporada baja, un total de 392 hoteles. Sesenta y dos mil plazas con una ocupación media del 50%. Hoteles que dan empleo directo a 7.300 trabajadores que estarían en regulaciones de empleo si no se mantuviera abierta una planta de alojamiento compuesta por hoteles amortizados, pero también con empresas que necesitan ingresos con urgencia para pagar los créditos suscritos para afrontar nuevas aperturas.
Junto al empleo directo, los hoteles generan cientos de puestos de trabajo indirectos en las empresas proveedoras, y trabajo para el resto de la oferta complementaria.
En la Costa Blanca y, en concreto, Benidorm su "estacionalización" comienza a pasar factura. En los últimos meses ya ha cerrado un hotel en la ciudad de Alicante y otros tres (Marina Baixa y Vega Baja) están atravesando una situación que bordea la quiebra.