ORLANDO.- Aún sin cargar estrellas como en el pasado, República Dominicana ratificó su preocupante dominio en la última edición de la Serie del Caribe de béisbol, evento en grave peligro de extinción por una evidente incapacidad de crecer y modernizarse.
Durante una semana, entre el 2 y el 7 de febrero, Isla Margarita, el principal destino turístico de Venezuela, pasó a ser la capital latinoamericana del béisbol al recibir a los equipos campeones de los torneos invernales de Dominicana, México, Puerto Rico y el país anfitrión.
El gobierno del estado Nueva Esparta, formado por las islas Margarita, Coche y Cubagua, tuvo un destacado papel para montar dignamente el más antiguo campeonato internacional de clubes del béisbol profesional. Las autoridades invirtieron 6,7 millones de dólares para adecuar el "Stadium Nueva Esparta" de Guatamare para la ocasión y brindaron a los participantes un ambiente festivo y seguro.
Lo mismo no puede decirse de otros aspectos organizativos. Margarita 2010 no tuvo comité de prensa y, por lo tanto, ningún tipo de asistencia o facilidades para la gran cantidad de medios locales, nacionales e internacionales que cubrieron el torneo.
Los Leones del Escogido quisqueyanos obtuvieron su tercera corona individual al terminar el torneo con foja de 5-1, superando a Indios de Mayaguez puertorriqueños (4-2), Naranjeros de Hermosillo mexicanos (2-4) y Leones del Caracas venezolanos (1-5).
El Escogido no jugaba en la Serie del Caribe desde 1992, cuando terminó en el último lugar, con 1-5, en Hermosillo, México. Sus primeras dos coronas las consiguieron en 1988, en Santo Domingo, y 1990, en Miami.
La de Isla Margarita fue la 18va. corona para Dominicana, alejándose de Puerto Rico, que con 14 cetros es segundo más ganador. Cuba (7), Venezuela (7), México (5) y Panamá (1) tienen los otros títulos que se disputaron desde el nacimiento de la Serie del Caribe, en 1949.
República Dominicana, que debutó en la segunda etapa del campeonato (1970-2010), ha ganado 9 de las últimas 14 Serie del Caribe. Los campeonatos quisqueyanos han sido atrapados por Tigres del Licey (10), Águilas Cibaeñas (5) y Escogido (3).
Contrario a años anteriores, cuando llevaron a la Pequeña Serie Mundial Latinoamericana a algunos de sus mejores representantes en las Grandes Ligas, los dominicanos no necesitaron armar una novena de ensueños para salir favoritos en cada ocasión, un síntoma del grave peligro que enfrenta el campeonato.
En Isla Margarita, un jardinero prospecto de 21 años y cinco errantes vagabundos bastaron al Escogido para levantar el trofeo de campeones.
Fernando Martínez, promesa de los Mets de Nueva York, bateó .348 (23-8) con dos jonrones, dos dobles, cuatro empujadas y cuatro anotadas y fue electo el Jugador Más Valioso. Los lanzadores Raúl Valdez y Nelson Figueroa resultaron zurdo y derecho más destacados; Dario Veras salvó 3 partidos y el 2B Pablo Ozuna y el 1B Kevin Barker integraron el equipo Todos Estrellas, junto a Martínez (LF).
Puerto Rico fue el país con más representantes en la escuadra ideal con siete: el torpedero Angel Sánchez, el jardinero derecho Armando Ríos, el jardinero central Jesús Feliciano, el catcher Edwards Guzmán, el relevista derecho Pete Parise, el zurdo Efraín Nieves y el manager Mako Oliveras.
El antesalista Vinicio Castilla y el bateador designado Raúl Padrón fueron los únicos representantes de México y Venezuela, respectivamente.
"La realidad es que los estelares de Grandes Ligas no van a jugar en la Serie del Caribe y eso es un asunto económico", dijo el dominicano Juan Francisco Puello Herrera, presidente de la Confederación de Béisbol del Caribe.
"Hay que promocionar nuestros peloteros, la Serie del Caribe es un evento de peloteros de Triple A, Doble A y Clase A", dijo Puello. "Ese es nuestro béisbol, esos son nuestros jugadores", agregó.
Además del descenso en la calidad de los jugadores participantes y los repetitivos errores organizativos, la Serie del Caribe ha sido incapaz de expandirse y encontrar un sistema de competencia que impida la monotonía o tempranas coronaciones. Agreguen como punto importante el grave deterioro de la rivalidad Dominicana-Puerto Rico debido al paulatino descalabro de los segundos.
En Mayaguez, Puerto Rico- sede de la número 53 en febrero del 2011- no se espera un panorama diferente al que hubo en Isla Margarita.
"Tenemos que ser cuidadosos. No podemos arriesgarnos con ligas inestables que se retiren dos años después de estar jugando en la Serie del Caribe", dijo Puello Herrera.
El dirigente fue enfático en el hecho de que antes que pensar en una expansión o cualquier otra modificación, el organismo que dirige está enfocado en ayudar a Puerto Rico a recuperar su anterior brillo.
"Vamos a enfocar los cañones en Puerto Rico. No solamente la Serie del Caribe de Mayaguez, sino de la liga en sentido general", dijo.