Una novedosa tecnología se está usando para que las operaciones de oídos, nariz y garganta sean más seguras.
Hasta ahora lo más avanzado en este campo era que las placas que se tomaban al paciente antes de la operación eran un referente estático aparte, y al operar el cirujano se guiaba únicamente por medio de una pantalla en la que veía el interior del cuerpo a través de un endoscopio, que tiene una cámara con luz en la punta, el cual se introduce al área operatoria.
El médico tenía que identificar los tejidos y órganos basado en sus conocimientos anatómicos, pero la misma enfermedad puede cambiar la anatomía del paciente y dificultar al cirujano la visualización e identificación de tejidos. Ahora el cirujano, además de la pantalla del endoscopio, tiene otra pantalla grande en la que aparecen las imágenes o placas tomadas con anterioridad y sobre esas imágenes puede ver el avance de los instrumentos quirúrgicos que está manipulando.
Por ejemplo, sus conocimientos y experiencia le pueden indicar que un determinado tejido que ve en la primera pantalla es un tumor, mientras que en la segunda pantalla puede comprobar que se trata de un tumor que está a dos o tres milímetros del cerebro.
“El endoscopio fue un gran avance, porque permitió ver las estructuras internas amplificadas sin necesidad de cirugía abierta. Las imágenes de tomografía computarizada (TAC) y resonancia magnética (RM) fueron otro gran avance, porque permitieron ver milímetro a milímetro cortes de tejido óseo y blando. El problema era que esas dos tecnologías estaban separadas. La nueva tecnología permite unir el TAC y la RM con la cirugía, de tal forma que ahora nos podemos guiar no sólo por las imágenes que estamos viendo directamente por medio del endoscopio, sino que vemos con una precisión milimétrica sobre las imágenes anatómicas en qué parte exacta del paciente estamos realizando una determinada acción, como cortar, cauterizar, succionar, etc. Estos nuevos equipos ayudan a reducir el margen de error”, dice Jean Paul Font.
Paul Font es especializado en otorrinolaringología en Texas y subespecializado en cirugía plástica facial cosmética y reconstructiva en Nuevo México.
También es afiliado al Kendall Regional Medical Center de Miami, explica que con los nuevos equipos las imágenes de TAC y RM tomadas al paciente antes de la operación dejan de ser estáticas y asumen un carácter dinámico, al integrarse en tiempo real al movimiento de los instrumentos.
Según el experto, este avance es importante para que el cirujano sepa con mayor facilidad si un determinado instrumento se encuentra demasiado cerca de estructuras claves en las que podría hacer daño, tales como los ojos o el cerebro; por ejemplo, cuando el cirujano está trabajando en la extracción de pólipos en los senos frontales, o de abscesos o fluido en otras áreas adyacentes. Uno de los procedimientos más comunes en que esta tecnología resulta útil es en la cirugía para resolver la sinusitis crónica, así como en cirugías de los senos frontales y maxilares.