En estos días se enuncia constantemente el nombre de la Carta Magna del país y muchos especialistas se preguntan cuánto se hace para mantener la observancia de las leyes y, por lo tanto, rendir el debido tributo a la Constitución de la República.
Algunos no comprenden por qué se ha originado tanto debate en relación con el Tribunal Constitucional, cuya defensa ordinaria contra las violaciones traería como consecuencia un control constitucional sobre leyes, decretos, actos y sobre las sentencias mismas. Poder declarar ilegal una legislación del Congreso, por ejemplo, estaría dentro de su capacidad de acción, de ahí la denominada lucha, “encontronazo”, o “choque de trenes” de poderes que se da en estos días.
Claro que, finalmente, todo depende de los miembros que sean elegidos y que no se nombren por conceptos partidarios, u otros alejados de las verdaderas necesidades que tiene la nación, como suele suceder… El Tribunal defendería los derechos ciudadanos, pero que la Corte Suprema pierda el control o la jerarquía que hasta ahora ha poseído ¿significa una mejoría para la distribución democrática del poder?…
Otro tema que se abre paso es la posible reelección del Presidente de la República, lo cual el pre candidato presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas Maldonado, da como “caso cerrado”, en la medida que asegura que ambos firmaron ese acuerdo y considera contradictoria una posición inversa.
“Sería una burla a la reforma constitucional”, afirma Vargas Maldonado, sobre todo si se recuerda lo que ha dicho Fernández acerca de que la reelección supondría una fatiga y la continuidad más allá de 2012, no sería factible para el país.
Sin embargo, aunque el presidente lo ha reiterado de esta manera, funcionarios cercanos al mandatario recogen firmas e intentan sumar propuestas, lo cual hace preguntarse hasta dónde violan lo establecido constitucionalmente en un documento tan sagrado y aprobado, además, por ellos mismos.
