Hay deudas que suelen ser imposibles de pagar y el Estado dominicano, poco a poco se está metiendo en ese profundo pozo. Quizás la solución que vemos puede lograrse perdiendo la soberanía, porque si de conseguir recursos inmediatos se tratara, diríamos que a su alcance no estamos, salvo que el Congreso Nacional y el Gobierno se embarguen en imponer una serie de impuestos que el pueblo dominicano rechazaría en una sola protesta indefinida que nos arrastraría al caos y el desorden, por tanto, señores gobernantes, reduzcan sus gastos, amplíen el universo de las leyes existentes de manera mesurada y previo consenso, de lo contrario, tampoco habría solución, por consiguiente, dejen para otra ocasión la aprobación de los nuevos bonos por RD$47,000.000 millones, pues para impulsar el desarrollo del mercado interno de capitales existen otras medidas menos violentas y agresivas que las que ustedes se proponen.
Eviten una protesta general que sería de consecuencias impredecibles. Consideramos, sin ser economistas, que el país ya llego a su limite de capacidad cuando para elaborar un presupuesto de la Nación, se precisa que el mismo dependa de donativos internacionales y de posibles prestamos de la banca internacional ó nacional.
Sería un absurdo gravar con más intereses a todo el país. Recuerden que a veces es imposible pagar las deudas y experiencias que ha tenido la República Dominicana en el pasado, todavía se sienten los efectos de la intervención de las aduanas, son muchos los dominicanos que lo recuerdan con tristeza por los efectos que sufrió todo el país. Y existieron otras experiencias más, que no vamos a referirnos en esta oportunidad; pero el país fue ocupado, atropellado en otras ocasiones y eso no queremos volver a vivirlo. Piénsenlo otra vez, aun hay tiempo.
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