El diputado de la suroestana provincia Bahoruco, en un esfuerzo de graciosidad, infructuosamente trata de presentar lo que nadie ha visto y lo que los pobladores mediante la lucha y empoderamiento han venido reclamando a los gobiernos de turno.
El legislador en busca de protagonismo, en su enclenque rendición de cuentas de agosto-diciembre, define una agenda de trabajo que a todas luces será el caldo de cultivo de las organizaciones de la sociedad civil y que para nadie, ni mucho menos para él es un secreto que las calles en el 2011, serán el escenario ideal para confrontar al gobierno peledeísta.
Válgame Dios, el legislador tiene más escrúpulos que María Gargajo, cuando sin presentar ningún proyecto de desarrollo, ni siquiera para el municipio que lo vio nacer, informa que lo ha hecho todo por la provincia Bahoruco.
Los sectores productivos, en especial, los agricultores de Barahona, Bahoruco e Independencia reclaman a un solo grito la entrada en vigor de la prensa de Monte Grande, la que irrigará los predios agrícolas y en verdad redundará en beneficio de las economías de esas provincias
Dice el marchante que él es consecuente con su línea de actuación, visión y conducta, quien busca siempre hacer una combinación entre las acciones de solidaridad individual y el trabajo social y comunitario, encaminando gestiones y proyectos sostenibles que generen soluciones en el corto, mediano y largo plazo, pero aún así le pedimos que presente tan solo un proyecto o una acción de su autoría que haya sido saboreada por una comunidad de Bahoruco.
Los bahoruquenses no deben dejarse meter gato por liebre, porque este soberbio legislador está más ocupado por la reelección del presidente Fernández, que por el acompañamiento de los pobladores en sus justos reclamos para la solución de innumerables problemáticas provinciales.
Hambre, desempleo, familias sin techo, sin salud, sin educación, polvo, sequía y desolación es el panorama vivido por los provincianos de Bahoruco y encima de ellos tener que soportar la burla de un tunante congresista que dice llamarse padrino de la educación de nuestro pueblo.
Bahoruco es una voz sin escucha que clama en el desierto, mientras unos y otros, valiéndose del pan y del circo, le arrancan su gracia y su decisión para luego alzarse con el santo, la campana y la limosna, dejándolos solos hasta la próxima campaña electoral.
La sociedad civil de Villa Jaragua, municipio de donde es original el congresista en cuestión, tiene que ponerse en la cosa y proceder a constituirse en “Comité Gestor de Desarrollo”, para la ejecución de un plan municipal de desarrollo, donde estén integrados, la comunidad educativa, las iglesias, los partidos políticos, las asociaciones de estudiantes, de amas de casa, las ONGS y todo el que de manera independiente crea en el porvenir de su pueblo, está en el deber de asumir esta importante iniciativa.
El plan de desarrollo ha de contemplar el relanzamiento de la producción agrícola en términos generales y la remoción de las escuelas que acusan niveles de deterioro, la remodelación de los polideportivos, creación de otro subcentros de salud, la construcción de una moderna casa de la comunidad, la recuperación de sus fuentes acuíferas (los cachones) que contemple la construcción de un moderno parque de recreación sana para niños, adolescentes y adultos, el levantamiento de un proyecto habitacional en el entorno del casco urbano, la construcción de un moderno parque y un palacio municipal, un cuartel policial, un local para la administración de justicia y la reconstrucción de todas las calles, aceras y contenes de nuestra pujante comunidad. Mientras sigamos creyendo en personas como el legislador de Bahoruco, la iglesia seguirá en manos de Lutero.