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El profesor Casilla

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El vil asesinato del Teniente Coronel Virgilio Casilla Minaya es un hecho horrendo que debe ser castigado de una manera ejemplar. No solo eso, sino enviar un claro mensaje de que acciones criminales como esta no se pueden tolerar.

La jefatura de la policía comandada por el Mayor General José Armando Polanco Gómez, un excelente investigador experimentado en los asuntos policiales y de orden público, desde el mismo momento que se conoció la noticia de la muerte, encomendó a una comisión de generales encabezados por el general Héctor García Cuevas, Manuel E.Castro Castillo, director de asuntos internos y Ciriaco Núñez, director de Inteligencia Delictiva, para investigar esta agresión que enlutese a la institución, sus familiares, amigos, hijos, esposa, en particular a los oficiales policías honestos.

Los responsables del mismo deben ser apresados para que respondan por sus hechos

El coronel Casilla Minaya, definido por sus vecinos como “un hombre serio, honesto y defensor de las causas justas y nobles” pertenecía a la Dirección Central de Asuntos Internos que comandó uno de los mejores investigadores que tiene la policía: el general Castro Castillo.  Esto garantiza que se haga un trabajo profesional, transparente y responsable.

El asesinato de Casilla Minaya conmocionó a la Dirección Central de Asuntos Internos, donde trabajaba y tenía un sitial de honorabilidad y honradez ganada con el trabajo a su cargo.

Los casos que investigaba Casilla Minaya constituyen documentaciones valiosas que podrían tener pistas que conduzcan a la identificación del o los autores del crimen, sean policías activos, ex policías o civiles afectados por la labor que realizaba.

Para administrar sus necesidades económicas y familiares el coronel Casilla Minaya impartía clases de Algebra, Física y Química a domicilios y en un colegio del sector La Fe, de Los Alcarrizos.

Esto constituye un testimonio de la honradez de este oficio, que prefería trabajar duro en vez de doblarse frente a la corrupción y el soborno.

Hace falta muchos Casilla Minaya en la policía, la administración pública, el sector privado y la sociedad.

Necesitamos, en medio de esta vorágine moral donde predomina hacerse millonario como sea y cuando sea, este tipo de hombre que supo interpretar el mensaje de José Martí, en el sentido de que “cuando las necesidades económicas de un hombre son grandes, el decoro debe ser mayor”.

Los niños Pedro, Walkin y Virginia y la esposa doña Mercedes Lugo, tienen que sentirse orgullosos de haber tenido un padre y un esposo ejemplar.

Me permito hacerle una sugerencia al general Castro Castillo, para que sea enviada al jefe de la policía Mayor General Polanco Gómez: que la sala de trabajo de la Dirección Central de Asuntos Internos lleve el nombre del coronel Virgilio Casilla Minaya, para que su figura permanezca en ese espacio donde con responsabilidad asumió su trabajo, prefiriendo la muerte que ceder al soborno y la corrupción.

Ese día, si es que se aprueba la sugerencia, debe hacerse en la sede de Asuntos Internos, donde asista la plana mayor de la policía, los oficiales superiores, subalternos y personal de esa dependencia.

Nuestras condolencias a la policía por la pérdida del honorable caballero oficial, sus familiares, compañeros de trabajo, amigos y el sector La Fe, de los Alcarrizos, que llora la partida física de un hombre bueno que predicó con el ejemplo.

Paz a sus restos, y que se haga justicia.

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