Amenazas de bombas falsas ponen en jaque seguridad rusa

Moscú.- Una ola de amenazas de bombas falsas azota la capital rusa y pone en jaque a las fuerzas de seguridad a menos de una semana de la matanza perpetrada por un terrorista suicida en el aeropuerto internacional moscovita de Domodédovo.

Por segundo día consecutivo, la policía tuvo hoy que evacuar el centro comercial Vegas, situado en el kilómetro 24 de la carretera de circunvalación de Moscú, después de que fuera hallada una nota advirtiendo de que se producirá una explosión en el recinto.

Amenazas similares, ninguna de las cuales se confirmó, fueron encontradas el sábado en dos de los tres grandes centros comerciales moscovitas MEGA, que albergan más de 250 establecimientos.

La evacuación del público y el personal de los comercios causó enormes atascos de tráfico y, según la versión digital del periódico "Komsomólskaya Pravda", llegaron a verse escenas de pánico.

En vista de las amenazas de bomba, la policía dio instrucciones a las administraciones de las grandes superficies de la capital rusa y la provincia de Moscú de que extremaran las precauciones.

El servicio de seguridad del hipermercado Karusel, situado en la localidad de Domodédovo, "entendió mal el mensaje" y evacuó ayer por error a todo el público, declaró el portavoz de la policía de la provincia de Moscú, Yevgueni Guildéyev.

Un moscovita de 35 años fue detenido después de efectuar cinco llamadas telefónicas al "02", el número de emergencia de la policía, para "avisar" de explosiones inminentes en los aeropuertos moscovitas de Domodédovo y Sheremétievo, dijo hoy a la agencia Interfax una fuente del Ministerio del Interior.

El individuo, contra el que fue incoado un proceso penal por "información falsa sobre acto terrorista", fue detenido ayer en su domicilio en estado de ebriedad cuando se disponía a efectuar una sexta llamada.

Cuando se recuperó de su borrachera, explicó que quería ver cómo reaccionaba la policía ante una amenaza de bomba.

Tras el ataque terrorista suicida en el aeropuerto de Domodédovo, que dejó 35 muertos y cerca de 200 heridos, las autoridades moscovitas han redoblado las medidas de seguridad en toda la ciudad, en particular en lugares de gran afluencia de público.

En los trenes del metro de Moscú, donde en marzo de 2010 dos atentados suicidas perpetrados casi simultáneamente en sendas estaciones se cobraron 40 muertos, se oyen permanentes avisos sobre la necesidad de advertir al maquinista de la presencia de paquetes abandonados.

La víspera, el Comité de Instrucción de Rusia (CIR) anunció que el terrorista suicida que el pasado lunes detonó la bomba junto a la sala de llegadas internacionales del aeropuerto de Domodédovo ha sido identificado, pero su nombre se mantendrá en reserva para no entorpecer las investigaciones.

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