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Incapacidad manifiesta

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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No cabe duda alguna, el Ministerio de Educación en el país no está capacitado para garantizar  el alimento de los niños y niñas que asisten a las escuelas públicas. La noticia deviene sombra borrascosa, reiterativa y despreciable que persigue a la sociedad dominicana hace demasiado tiempo.

La suspensión por tiempo indefinido de la distribución del desayuno escolar, después de presentarse nuevos casos de intoxicaciones, da al traste con el resto de la confianza depositada en los responsables de ese alimento vital para los escolares.

Aún cuando el ministro Melanio Paredes dijo que el presidente Leonel Fernández “le había instruido que si se presentaban nuevas intoxicaciones se suspendiera el desayuno para evitar poner en riesgo la salud de los niños”, lo primero que debió ocurrir es que fuera todo un éxito la entrega y que en estos primeros días de clases, ni nunca más, se lamentaran casos de este tipo.

La decisión adoptada por ese ministerio de suspender el desayuno avala una incapacidad  manifiesta, sobre todo si se tiene en cuenta la cantidad de comisiones que se han creado en el país, con presuntas hipótesis de sabotaje,  investigaciones sin resultados y  detección de fallas  “protocolares”, que han dejado  la leche fuera del desayuno.  

Según Paredes, "hay mucha inobservancia en cuestiones elementales de salubridad" que ponen en riesgo la salud de los escolares en medio de tantas enfermedades, entre las que citó el cólera. Pero, aunque el titular enfatiza el esfuerzo que han desarrollado por preservar dicho programa debido al impacto que tiene en la nutrición y, consecuentemente, en el aprendizaje, resulta una burla a la opinión pública las palabras del ministro al expresar que el programa se reanudaría: "cuando la sociedad, las empresas y las familias estén moral y eficazmente preparadas para mantener el programa".

Ya no resultan las posibles “incongruencias” entre el Ministerio de Educación y las productoras de los Lácteos; tampoco se trata de esperar que  el ministerio que encabeza el señor Melanio Paredes, ponga punto final a este sensible tema.

No se trata de un negocio, ni de algo que puede esperar. Quienes se perjudican más con esto son, sin duda, los que menos pueden alzar sus voces: los niños y niñas más pobres de la sociedad dominicana.

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