Gobierno opuesto a plan de retirar fondos de la ONU

Naciones Unidas.- El Gobierno del presidente de EE.UU., Barack Obama, se opone a un proyecto de ley republicano que exige el retorno de 100 millones de dólares entregados a la ONU para reforzar la seguridad de su sede en Nueva York, dijo hoy la embajadora de ese país ante el organismo, Susan Rice.

"La legislación que está pendiente de votación en la Cámara de Representantes es un proyecto de ley al que la Administración se opone enérgicamente", aseguró Rice a la salida de una reunión del Consejo de Seguridad.

La representante estadounidense en Naciones Unidas indicó que fue precisamente el Ayuntamiento de Nueva York quien "llamó la atención sobre la importancia para la seguridad nacional de EE.UU." de reforzar las medidas de protección del complejo de la ONU en Manhattan, que se encuentra en estos momentos en medio de una profunda remodelación.

"Miles de neoyorquinos pasan por el interior y por debajo de este edificio cada día. Alumnos de escuelas, ciudadanos y el presidente de EE.UU. lo visitan periódicamente", indicó Rice.

Asimismo, señaló que la Administración comparte el "espíritu" del proyecto de ley republicano, que forma parte de un paquete de medidas para reducir el déficit público estadounidense, pero considera que aumentar la seguridad de la sede de Naciones Unidas responde a los "intereses nacionales" del país.

Los 100 millones de dólares en disputa son parte de una partida de 179 millones de dólares que la ONU debe devolver a Estados Unidos, ya que es un dinero sobrante acumulado desde 1996 en el fondo con el que Washington compensa a los empleados estadounidenses del organismo mundial por los impuestos a la renta que les cobra, algo que no sucede con el personal de otras nacionalidades.

El proyecto de ley propuesto por la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, y que se podría adoptar hoy mismo, exige al Gobierno estadounidense que reclame la devolución íntegra de todos los fondos que se les debe.

El portavoz de la ONU, Martin Nesirky, declinó entrar en la polémica tras señalar que el destino de los fondos es una cuestión que deben decidir las autoridades estadounidenses, ya que pertenece a sus contribuyentes.

De todas formas, recordó que parte de las obligaciones de Estados Unidos como país anfitrión de Naciones Unidas es garantizar la seguridad de su sede.

Según explicó, los 100 millones de dólares se destinarían a reforzar algunos aspectos de seguridad que no se contemplaron inicialmente en el proyecto de renovación del edificio, valorado en 1.900 millones de dólares, que se puso en marcha en 2008 y se debe concluir en 2013.

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