ORLANDO.- El olor a grama recién cortada y mojada, el sonido de las zapatillas en el duro piso que lleva al diamante y el inigualable estallido que produce el encuentro entre la bola de cuero y el bate de madera nos confirman que la espera ha terminado.
Tras un eterno y aburrido descanso de tres meses y medio — entre primera semana de noviembre y segunda de febrero — la vida vuelve a tener sentido.
Al menos para el béisbol, llegó la primavera: Tiempo de renovación, de esperanza y de preparación para el largo verano que se avecina.
Por más de 1,500 años, los cristianos han celebrado el 14 de febrero como "Día de San Valentín" ("Día del Amor y la Amistad" en algunos países), sin embargo, para lanzadores y receptores de 11 de los 30 clubes de las Grandes Ligas es simplemente el primer día oficial de trabajo del 2011.
Anaheim, Baltimore, Detroit, Filadelfia, Pittsburgh, San Luis, Toronto, Arizona, Cachorros, San Diego y Seattle abrieron sus campos de entrenamientos formalmente el lunes. Los otros 19 equipos lo harán entre el martes y el jueves.
Los jugadores de posición tienen la libertad de reportarse un par de días después, pero es poco probable, salvo los ya tradicionales atrasos para conseguir visado de algunos extranjeros, que algún jugador no esté en los campos para el sábado 26, última fecha mandatoria para incorporarse a las prácticas de pre-temporada.
Por supuesto que la historia más grande de la actual primavera será la situación contractual del dominicano Albert Pujols, de los Cardenales de San Luis. Pujols, el mejor jugador del planeta onza por onza, llega a los entrenamientos sin un aparente acuerdo con el club más allá de noviembre.
Una vez comience a realizar sus primeros ejercicios de calentamiento, Pujols dejará de negociar con los Cardenales y se enfocará en la temporada…y en la agencia libre. Un jugador con números para ir al Salón de la Fama en sus primeros 10 años, Pujols sería el agente libre más grande del béisbol desde que Alex Rodríguez y Manny Ramírez terminaron sus contratos en el otoño del 2000.
Pujols no será la única gran historia en Arizona y Florida, donde están ublicados los centros de preparación de las ligas mayores.
El inicialista mexicano Adrián González y el jardinero Carl Crawford llegan a Fort Myers con la responsabilidad de regresar a los Medias Rojas de Boston al primer lugar de la poderosa División Este de la Liga Americana.
Los más odiados rivales de Boston — Yankees, Mulos de Manhattan o Imperio del Mal — tienen a su favor no ser el gran favorito divisional por primera vez en varios cientos de años, mientras que los Rays de Tampa Bay probarán algunas de las piezas (Manny Ramírez y Johnny Damon) que ayudaron a ganar a Medias Rojas y Yankees recientemente.
En su primera temporada como manager de los Dodgers de Los Angeles, Don Mattingly estará respondiendo más preguntas sobre el matrimonio de los dueños del equipo que sobre el quinto abridor de su rotación abridora. Se espera igualmente que David Wright y Carlos Beltrán salgan convertidos en economistas después de tanto escuchar sobre fraudes financieros y "Esquema Ponzi" en el campo de los Mets de Nueva York.
Mientras los Gigantes de San Francisco llegan a su primer entrenamiento primaveral como campeones de Grandes Ligas, los Cachorros de Chicago cantarán el mismo slogan de los últimos 103 años (el mismo que le tomó prestado Barack Obama para su campaña presidencial): "Sí se puede".
Milwaukee tiene un pitcheo renovado con la adquisición de Zack Greinke, Seattle batea menos que antes, Oakland es candidato a destronar a Texas en el Oeste de la Liga Americana y Baltimore seguramente anotará más carreras que en el pasado, ahora que tiene a Vladimir Guerrero en medio de la alineación.
Los Tigres venezolanos de Miguel Cabrera, Magglio Ordóñez y Víctor Martínez están listos para dar el salto, pero Minnesota es el campeón y tiene de vuelta a Justin Morneau. Hablando de venezolanos, esta es la primera primavera como súper estrella del jardinero Carlos González.
En fin, hay de todo y para todos. Llegó la primavera, divina estación que separa el crudo invierno del productivo verano. Tiempo de renovar esperanzas y aspiraciones. "Mientras haya en el mundo primavera, ¡Habrá poesía…y béisbol!".