Santiago.- Al menos cien niños y adolescentes con edades entre los cinco a 17 años, han sido rescatados del vertedero de Rafey por el Programa “Niños por una Esperanza”.
El programa que funciona en el bien empobrecido sector de Santa Lucía, conocido como la Mosca, cerca del basurero lo dirige el pastor Pablo Ureña y ofrece asistencia a 267 niños y menores, a los cuales se les ofrece educación, alimentación, orientación familiar, espiritual y otras que en su futuro puedan contribuir al desarrollo secio-económico de la sociedad.
Esos niños, de acuerdo a Ureña, la misma pobreza extrema de sus padres, los llevaba a remolcar escombros en el vertedero en búsqueda de metales y otros objetos que luego vendían para contribuir con la manutención de los hogares de sus padres.
Sin embargo, el religioso expone que se exponían a todo tipo de peligro, desde ser aplastado por uno de los camiones que vierten la basura, como ha ocurrido, hasta contraer enfermedades y ser abusados y abusadas sexualmente por desaprensivos, pero que gracias Dios, muchos ya han sido rescatados.
Asimismo explicó que el proyecto es de vital importancia para ese y otros sectores pobres, pero que se necesita de ayuda del Estado para seguir dándole asistencia a esos niños y jóvenes que no tienen nada de donde valerse, sino las calles.
No obstante, refirió hay empresas que ofrecen su ayuda y están esperando una asistencia que se le prometió en el Ayuntamiento.
“Necesitamos más alimentos para estos niños y adolescentes, así como un comedor porque no tienen donde sentarse”, insistió Ureña.
Igualmente Pablo Ureña dijo que es importante que se mejoren algunas instalaciones del proyecto, pero que para ello necesitan que se le tienda la mano.
Otra de las necesidades que adolece el proyecto es de material gastable que le permita a los menores preparar con mayores niveles de seguridad sus tareas educativas.
“Hoy estos niños tienen una esperanza, somos de los que creemos que si se invierte en la educación, nosotros vamos a tener una mejor nación”, indicó.
Según Ureña, se busca que estos niños, niñas y adolescentes sean ente productiva para la sociedad y no un estorbo.
En ese contexto, explica que la pobreza no es escollo para formar a estos menores para que en el mañana sean líderes y ejemplos vivos de convivencia en la sociedad.
El pastor dijo que el proyecto es ambicioso porque se están rescatando niños a los que se les ofrecen asistencia educativa, espiritual y alimentaria.
Los niños y adolescentes tienen edades entre los cinco a 17 años y la mayoría son varones, de acuerdo a Ureña.