Los hechos en Haití no son nunca lejanos, ni mucho menos ajenos. Cada paso, o acto, bueno o malo, repercute en República Dominicana incondicionalmente.
Al terrible terremoto que hace más de un año dejó más de 300 mil muertos y un millón y medio de personas sin hogares, se han sumado miles de víctimas por el cólera y ahora estos días intensos y plenos de incertidumbres: estadísticas incorrectas en el proceso eleccionario, la visita de Preval al país para hablar
con el presidente Leonel Fernández (¿ayuda para Haití o prever en lo personal un posible exilio, tal y como opina el investigador Bernardo Vega? Y en este sentido ¿cuánto convendría a República Dominicana la presencia de mandatario haitiano en el territorio nacional?)
Vega asegura que para los haitianos venir aquí y hacer campaña no es un problema, pues viven muchos haitianos con dinero que pueden apoyarles. “No es un pasivo, sino un activo”, afirma.
Hasta ahora, entre los candidatos a ocupar el poder supremo en Haití, Mirlande Manigat, “la abuela” parece ser la mejor de las propuestas, tras los resultados en suspenso de las elecciones en su primera vuelta. También ella estuvo aquí dialogando con el presidente Fernández. A todo ello se suma la reaparición de
Baby Doc, y se complica el asunto con el anuncio de Aristide, que dice viajará a Haití. El dos veces presidente constitucional, vive en Sudáfrica desde el año 2004, se plantea que sigue siendo de lejos el político más popular de su país y que desde lo más profundo pide a gritos volver.
¿Qué va a ocurrir? Todos los gobernantes haitianos marcan una triste impronta de corrupción y ni los unos, ni los otros, han hecho mucho por levantar a ese pueblo que se arrastra entre ruinas y aún rodeado de tantas “ayudas” y presencia internacionales, permanece como el país más pobre de occidente.
Haití no solo toca a dominicanos y dominicanas por la continuidad territorial geográfica, sino porque cada cosa que suceda allí, involucra a todos y todas. Su mejoramiento, sin duda alguna, lo sería también para República Dominicana, en todos los sentidos.