No cabe duda que el nivel de violencia en el país ha aumentado, aún cuando a veces las estadísticas marquen otros derroteros y no podemos menos que inquietarnos, más aún, preocuparnos a grado extremo cuando la prensa nacional habla de unas 122 personas que han perdido la vida en actos de violencia y delincuencia en las últimas seis semanas, en diferentes puntos del territorio nacional. Aquí no se mencionan las 12 mujeres asesinadas a manos de sus ex o actuales parejas en lo que va de año.
Otro dato que pone el alma en vilo es que la mayoría de las víctimas no sobrepasa los
30 años de edad y unido a esto se conoció que la Dirección Antinarcótica de la Policía Nacional (DICAN), y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), apresaron unos 18 muchachos entre 12 y 15 años, que distribuían drogas en
diferentes barrios.
Otras dos hermanas que vendìan drogas en el sector Los Ríos de la capital dominicana, contaban 21 y 22 años cada una y los muchachos recién apresados en Los
Alcarrizos, tampoco pasaban de los 17 años de edad. A esto se suman noticias en las cuales aparecen niños y niñas utilizados como “mulas” en el negocio de sustancias ilícitas narcóticas.
En el 36 aniversario de la fundación de Hogar Crea Dominicano, su presidente, Leopoldo Díaz, pidió una vez más al gobierno dominicano mayor subsidio para las organizaciones que combaten el problema de las drogas, pues los RD$35 millones que reciben al año, resultan insuficientes para sostener los 43 centros de reeducación que tienen en el país, con 1,300 internos.
"La situación es bastante difícil, y lo que no entendemos es cómo un gobierno que sabe que el problema más grave que está enfrentando la sociedad dominicana es la droga, no aporta mayores recursos (a esas instituciones)", aseguró Díaz; en tanto que el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez señala la globalización de la delincuencia como causa del incremento de la violencia.
El caso es que nada justifica la ausencia de suficientes aulas, empleos y otros recursos que adiestren y preparen a la futura generación para el sostenimiento social y el desarrollo de una nación que se estremece con actos violentos y de criminalidad, donde están implicados, lastimeramente, niñas y niños, jóvenes y
adolescentes dominicanos.