A finales del año pasado, el Magistrado Rafael Ciprián, Juez del Tribunal Superior de Tierra y autor del Tratado de Derecho Inmobiliario, me invitó al Salón Auditorio de la Suprema Corte de Justicia, lugar donde sería bautizada su última obra, cuyo padrinos lo fueron el Ministro de la Presidencia, César Pina Toribio y el Procurador General de la Republica, doctor Radhamés Jiménez Peña. La obra es materia obligada de consulta y el acto fue una belleza, un salón lleno, no lo digo porque Rafael y yo seamos amigos y hermanados por largas datas, en verdad el prestigioso cuerpo jurídico de la Nación estuvo allí, comprando el libro.
Y allí me encontré con otro amigo: el prestigioso dirigente perredeísta, Don Emmanuel Esquea Guerrero, quien acababa de ser elector Presidente de la Comisión Electoral del PRD. Le pregunté si él sería capaz de imponer en la batalla perredeísta, entre Hipólito Mejía y Vargas Mal donado, el Código del Perdedor. Sin titubear, seguro de su misión, me respondió: así será, tú lo verás.
¿Que contempla el Código del Perdedor? Tres cosas que son fundamentales en la institucionalización del debate interno en los partidos. El que compite y su agenda resulta derrotada, debe hacer:
1 -Tan pronto como recibe el primer boletín en el cual hay una clara tendencia que determina quién es el ganador, llamar al precandidato triunfante y felicitarlo por su victoria.
2- Asumir la total responsabilidad por la derrota y agradecer el trabajo realizado por sus colaboradores, por sus familiares…; y,
3- Marginarse totalmente de la campaña, aislarse, dedicarse a reflexionar, estudiar hasta encontrar una salida a su dilema. Mantener la lealtad a su organización y pedirle a sus colaboradores que se integren a los trabajos del candidato electo.
La razón por la cual un precandidato presidencial derrotado no debe integrarse a la campaña del ganador es porque la lucha se dio en materia de agenda, en la forma como se ve y se proyecta el modelo de sociedad al cual se aspira. Y usted no puede, luego de desarrollar una campaña intensa y exponer sus puntos de vista claramente, venir a decirle al electorado: Lo que yo tenia puesto era una mascara, y ya me la quite. Esa actitud le hace mucho daño a la estrategia electoral del candidato ganador, presenta la candidatura como una alianza de inmorales. Y ese daño hay que evitarlo.
Someter a Mejía y Vargas al Código del Perdedor es difícil. Son hombres que detestan estudiar, alejado de los libros; y por tanto le es incomodo lograr disciplina intelectual. Son sus colaboradores quienes tendrán la responsabilidad de hacer que se sometan al Código del Perdedor.
¿Cree usted que Esquea Guerrero podrá imponer el Código del Perdedor? Fue Napoleón quien sostuvo que si él tenía que decidirse entre Estrategia y Carácter, elegiría Carácter. Y a Esquea Guerrero carácter no le falta.
