Cerdeña, isla italiana situada en medio del mar Mediterráneo posee un clima templado pero un característico viento, el que quizás fue incitante en el paso de antiguos asentamientos -fenicios, romanos, árabes, bizantinos y españoles- cuyas culturas entremezcladas han dado lugar a la Cerdeña de hoy en día.
Constituye uno de los destinos más codiciados en épocas estivales, para aquellos que quieren pasar unas vacaciones en el mar y en playas maravillosas. Pero Cerdeña es mucho más que un destino de playa; es una isla repleta de arte y cultura, heredados de los asentamientos que acogió a lo largo de los tiempos. Si algo no debemos dejar pasar es, por supuesto, la excelente gastronomía, repleta de aromas y sabores que no se olvidan fácilmente.
La capital, Cagliari, está llena de calles empedradas con unas inclinaciones que “dan vértigo” y resultan por tanto algo difíciles de caminar, pero realmente merece la pena recorrerlas por las maravillas que a nuestro paso vamos encontrando, así como la amabilidad y hospitalidad de los habitantes.
En la cima, encontramos el casco medieval de Castello, donde la muralla rodea gran parte de la ubicación, destacando la impresionante torre de San Pancracio, dell’Elefante, -punto más alto de la ciudad-.
Avanzamos y encontramos el Museo Arqueológico Nacional, en el que se exhiben colecciones de los asentamientos prehistóricos y bizantinos. Nos llama la atención la cantidad de joyas, telares que observamos a nuestro paso. También debemos hacer referencia a la Pinacoteca Nacional, con retablos y pinturas cuidadas y restauradas, pero conservando lo que eran.
Al lado de nuestro hotel estaba el Bastione di Saint Remy, construido en el XX con el propósito de unir dos barrios singulares de Cerdeña, Marina y Villanova. En la plaza de la Constitución encontramos una gran escalinata que da acceso al Bastione.
Una nueva manera de turismo, algo similar a lo que en España conocemos como casas rurales, son las coquetas y singulares Casas Típica, Casa di accoglienza Turística y Agriturismo; visitamos tres de ellas con ambientes distintos en tres ubicaciones de la isla: Lunamatrona, Villanovaforru y Turri.
Casa típica S´antigu: Es una casa típica Marmilla con seis habitaciones dobles, una de ellas en el patio interior adaptada para minusválidos; se trata de “cameras” con todas las comodidades. La casa consta de una cocina común que cumple con todos los requerimientos sanitarios y legales en donde se degustan maravillosos platos tradicionales.
Más información: www.santigu.it
Casa di accoglienza turística Samuredda: Se trata de una casa restaurada del 1900 de piedra y madera. En el exterior encontramos un pequeño jardín en el que resalta una chimenea en la que se cocinan asados durante las veladas nocturnas. Un ambiente acogedor y “familiar” a precios muy asequibles para conocer en profundidad los recovecos más insólitos de Cerdeña.
Más información: www.samuredda.it
Agroturismo “su Massaiu”: Se trata de una finca concienciada en el turismo ambiental y sostenible, además de ser un alojamiento luminoso con 8 habitaciones dobles y todas las comodidades –dos de las cuales están totalmente adaptadas para minusválidos-. Tienen un inmenso comedor con capacidad para 100 personas en donde se sirve la comida más típica de la región. Así mismo producen y venden productos 100% orgánicos como los melones cultivados en seco.
Más información: www.agriturismosumassaiu.it
