FORT MYERS, Fla.- Los gestos pequeños de Hanley Ramírez en esa primavera han sido notado por los que están a su alrededor: entablando conversación con bateadores más jóvenes alrededor de la jaula de bateo, o en el camerino; llamando a su joven antesalista Matt Domínguez, quien es un defensor fuerte pero todavía tiene que seguir desarrollándose a nivel de grandes ligas; charlando con otros en el camerino.
La percepción nacional de Ramírez luego de su muy publicitada pelea con Fredi González en mayo pasado es que es un sabelotodo. Recuerdan lo que pasó: Ramírez no se esforzó mucho para ir detrás de una pelota, y González lo confrontó frente al dugout al terminar la entrada y lo sacó de juego. Ramírez luego la emprendió contra su manager.
Pero otros en el equipo que lo conocen dicen que él es sensible a las críticas, y a pesar de su actitud defensiva e iracunda en el primer día después del incidente, Ramírez ha aprendido del incidente, y ha crecido luego del episodio. "Pienso que él ha comenzado a entender como lo miran y lo admiran los otros peloteros jóvenes," dijo un amigo. "Y pienso que él se está tomando eso en serio."
Por supuesto, todavía estamos a principios de marzo. Ramírez ha estado en los entrenamientos apenas un par de semanas, y si él va a evolucionar en el tipo de líder respetado que él dice que quiere ser — alguien como Víctor Martínez o un Dustin Pedroia — entonces su apertura y su ayuda y tolerancia tienen que convertirse en una parte consistente de su personalidad.
Pero las señales de cambio están ahí para Ramírez, quien a sus 27 años, es la cara de la franquicia de los Marlins de Florida.