Las promociones de cargos efectuados por la Suprema Corte de Justicia han provocado disgusto entre jueces, quienes entienden debieron ser tomados en cuenta por el escalafón y el tiempo. Algunos tienen 15 años siendo jueces y no fueron tomados en cuenta.
La disposición provocó que los jueces que se sienten perjudicados se reunieran en dos ocasiones para analizar la situación. El disgusto ha sido casi colectivo entre los jueces que aspiran a ser removidos a la Corte de Apelación.
La Suprema Corte de Justicia ascendió a tres jueces del Primer Tribunal Colegiado y designó a Miriam Germán Brito, como presidenta de la Corte de Apelación.
El magistrado Antonio Sánchez Mejía, que presidía el Primer Tribunal Colegiado, fue promovido a juez de la Primera Sala de la Corte de Apelación, decisión que ha causado malestar en algunos de sus homólogos, quienes entienden les correspondía ese ascenso por el tiempo que llevan en el cargo.
Las remociones incluyeron el ascenso de la jueza Gisselle Méndez Álvarez, que pasó a presidir el Primer Tribunal Colegiado. Los magistrados, que por temor a represalia rehusaron identificarse, dijeron que llevan entre 14 y 15 años como juez de primera instancia.
Suprema juramentó a los ascendidos
Mientras que la Suprema Corte de Justicia posesionó a Miriam Germán Brito y a Julio César Cano Alfau, como presidenta de la Corte de Apelación y presidente de la Primera Sala Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, respectivamente.
La magistrada Méndez Álvarez fue juramentada como presidenta del Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional.
En el mismo acto fueron juramentados los miembros del Consejo del Poder Judicial, que fueron escogidos durante las elecciones del pasado 18 de febrero, entidad que se encargará de designar, destituir y someter a un juicio disciplinario a los magistrados.
