Violaciones, incumplimientos, ausencia de protección a la franja marítima y otras emisiones contaminantes, provocan enfermedades respiratorias e infecciosas diarreicas originadas por “los tanques de la muerte” que pululan en dicho escenario.
Con su bebé en brazos, Elisabeth, una joven madre, entra desesperada a la sala de emergencia del Centro Médico Haina: “¡no puede respirar, doctora!", grita “por favor, ayúdeme!…”. El tiempo pasa implacable y finalmente, sale presurosa hacia la farmacia con varias recetas en las manos: “me dijo que era como bronquitis”.
Este dramático cuadro se repite una y mil veces, tanto en menores como en adultos en el Municipio de Haina, provincia San Cristóbal, producto de las intoxicaciones provocadas por industrias que fueron instaladas sin atender a las reglas medioambientales.
La mayoría de las empresas, ubicadas en la Zona Industrial de Haina, no cuentan con la certificación de un Decreto Presidencial que autorice su funcionamiento, ni con la debida supervisión del Ministerio de Medio Ambiente para garantizar a la población su salud y bienestar.
En Haina funcionan más de cien industrias de manufacturas, químicos, productos farmacéuticos, artículos metalúrgicos, generadora de electricidad y la Refinería Dominicana de Petróleo.
Entre las empresas que no cumplen con las normativas ambientales y turísticas establecidas están: Terminales Líquidos Dominicanos (TERLIDOM), representada por Andrés Eduardo Pérez Lander, la cual se encarga del almacenamiento de grasas amarillas, de carga líquida y a granel.
También están la Granelera Dominicana, presidida por Raúl Lluberes de Ferrari, que almacena cemento asfáltico; así como Multiquímica, con Celso Marranzini Pérez como presidente, la cual se ocupa de la recepción, almacenamiento y despacho de productos químicos y materia prima a granel líquido, mediante tuberías soterradas.
Ninguna de estas industrias respetó los sesenta metros de protección a la franja marítima, como lo establece la Ley 305 del 22 de febrero 1938, y tampoco les fueron otorgados los permisos para que utilicen la “zona costera marítima terrestre”, de la playa del sector Gringo de Haina, según documento emitido por el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo en el año 2010.
Otras compañías que contribuyen a la contaminación ambiental son la planta de carbón Itabo, la Refinería Dominicana de Petróleo, Pollos Cibao, Laboratorio Mannachen, entre otras.
De acuerdo al Inventario de Emisiones Contaminantes Peligrosas, levantado en la zona industrial por el Ministerio de Medio Ambiente en 2004, la constelación de fábricas emiten al aire anualmente 1,2 toneladas de plomo; 9,8 toneladas de formaldehido (o metal), 416 toneladas de amonio y 18,5 toneladas de ácido sulfúrico.
Mediante el estudio se identificaron 84 toneladas de sustancias peligrosas, de la cuales 65 son tóxicos de importancia, a la vez que se destacan como mayor amenaza para el ambiente y la salud de los seres humanos los metales pesados que emanan 15.8 toneladas al año.
En cuanto a los contaminantes que se arrojan al suelo, la investigación señala: 74,2 toneladas de plomo, 91,3 toneladas de cobre y 412 toneladas de acido sulfúrico. Mientras que al agua se vierten 33.9 toneladas de ácido sulfúrico, 29.6 toneladas de fósforo, 4,5 toneladas de cloro y 10,2 toneladas de amonio.
Como consecuencia de esas contaminaciones, otro estudio realizado en el año 2005, por la Academia de Ciencias de la República Dominicana, indica que en Haina el 93% de los enfermos son por asma, 83% bronquitis, 69% gripe y 68% infecciones diarreicas agudas.
En ese sentido, la pediatra Margarita Tejeda, quien labora en el Centro Médico Haina, declaró que la situación con relación a diez años atrás continúa igual, puesto que el 80% de sus pacientes sufren de asma, bronquitis, infecciones de la piel y congestión pulmonar, pese a que no cuentan con un factor hereditario para padecer dichas dolencias.
Pero, esos quebrantos también se presentan en personas mayores, como es el caso de Reyna Santos, quien vive cerca de la playa Gringo y narró que a sus 52 años está sufriendo, por primera vez, de congestión pulmonar, lo que atribuye a la contaminación ambiental. En el caso de su esposo, Juan Acebedo, de 54 años, empezó a perder la visión cuando laboraba en la fábrica de baterías Meteoro, momento en que “una luz floreciente impactó en su cara”, explica.
Durante un recorrido realizado por el equipo de reporteros de DominicanosHoy.com, por la Zona Industrial, pudieron constatarse los fuertes olores que expiden las fábricas de productos químicos, petróleo, almacenamiento de soya y alimentos avícolas, los cuales provocan picazón y lagrimeos, obligando en ocasiones a detener la respiración.
Otro ingrediente mortal es la cañada Brisa del Mar, que contrasta con su nombre, debido a que es el zafacón de algunas empresas y de la población de haitianos que habita en ese sector.
Un estudio realizado por médicos estadounidenses y dominicanos, publicado en el periódico digital BBC Mundo, sobre Haina, afirma que las concentraciones elevadas de sustancias químicas en la sangre producen retardo psicológico, afecciones psiquiátricas, problemas auditivos, de visión y dificultad para el aprendizaje.
No obstante a los inconvenientes suscitados por la contaminación tóxica, Haina no escapa a la contaminación sónica, producida por individuos que utilizan “discolight” para promocionar productos, sumado esto a la música estruendosa de los colmadones.
En pie de lucha
Presidentes de juntas de vecinos en diferentes sectores del municipio Haina, se mantienen activos en su lucha por salvar y hacer que se respeten las normas medioambientales y ecológicas de su tierra natal.
Tal es el caso de César Feliz, quien lleva más de diez años luchando para que “los tanques de la muerte” como llaman a las empresas instaladas en la zona costera, cumplan con los requisitos medioambientales.
Tanto él como Lina Geidy Paredes, Santiago Peguero, Pedro Urbaez, Bernardo Olivier, Masiel Mota, entre muchos otros, han acudido a la justicia para defender el derecho de la comunidad de vivir en un lugar libre de contaminantes.
Además, la amenaza de volver a instalar la fábrica de baterías Meteoro y una bomba de gasolina en la única entrada del municipio los mantiene en alerta, a fin de evitar lo que consideran el abuso más cruel por parte de los empresarios y las autoridades gubernamentales.
Y no es para menos, pues en el año 2006, El Instituto Blacksmith de Estados Unidos elaboró la lista de los 10 lugares más contaminados del planeta y en tal sentido señaló: “La peor situación se vive en Haina en la paradisíaca República Dominicana. Alejados de la vista de los turistas, los 85.000 residentes de esta región, viven junto a una gigantesca fundición de plomo y una planta de reciclaje de baterías que emiten toneladas de contaminantes a los acuíferos y el suelo”.
Al parecer, la pesadilla que viven los residentes de Haina es producto de la ineficiencia de Medio Ambiente para regular y hacer cumplir las normas ambientales, debido a que la mayorías de las industrias no cuentan con el aval necesario para su funcionamiento; ni siquiera con lo más elemental, que son los filtros que impiden la propagación de olores químicos.
Mientras esta situación continúe, Haina seguirá colocando a la República Dominicana a la cabeza de la lista de los sitios más contaminados y uno de los mayores vertederos de desechos en el mundo.