La política es una ciencia y como tal tiene su procedimiento sustentado en la táctica y la estrategia. Dicen los grandes líderes y estrategas que la táctica no puede tragarse la estrategia.
Fue el propio Miguel Vargas Maldonado quien promovió la modernidad teórica de un nuevo PRD y el viejo PRD.
En este proceso de ingreso de los modernos nuevos perredeístas Miguel se manejó mal, dejando en el olvido sin darle importancia política a los hombres y mujeres de ese PRD histórico, de gente que tienen cara de PRD pasando a ser instituciones vivientes.
Fue Miguel quien le otorgó todos los poderes al nuevo PRD, llegando algunos de ese club exclusivo a ocupar cargos administrativos y otros a salir electos regidores, síndicos y diputados.
Sorprendió, creó malestar interno cuando Miguel designó en posiciones privilegiadas a Víctor Gómez Casanova para diputado; Consuelo Despradel, una implacable contrincante del doctor José Francisco Peña Gómez, llegando en ocasiones a acusarlo de “haitiano” y de Carlos Batista, un farandulero que sabe mucho de corbata, no de política.
Fue Miguel quien sin consultar su equipo, mucho menos el Comité Ejecutivo y la comisión política, se reúne con el presidente Leonel Fernández Reyna para buscarle una solución al nunca jamás de la reelección, estableciendo en el artículo 124 de la Constitución que: “el Poder Ejecutivo se ejerce por el o la presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por el voto directo y no podrá ser electo para el período constitucional siguiente”.
Fue Miguel quien le abrió las puertas a Hipólito Mejía Domínguez, para que pudiera postularse, quitándole el obstáculo del nunca jamás.
Fue Miguel que firmó el pacto de los candidatos dándole plenos poderes a la Comisión Nacional Organizadora de la convención.
Es decir, que Miguel ha sido y es el arquitecto de sus actuaciones y fue Miguel el que amoló cuchillo para su propia garganta, porque no supo darse un baño del PRD nuevo y el PRD viejo, negociando internamente para así tener un PRD unido, aunque en ese partido la unidad es un discurso porque nunca ha existido, llegando el líder de líderes en el partido blanco a proclamar que sólo el PRD derrota el PRD y eso es lo que está sucediendo, que el PRD se está derrotando así mismo, alejándose de una victoria que garantice el poder.
Sobre el argumento de que los miembros del Partido de la Liberación Dominicana decidieron la convención, la convención era de perredeístas, no de peledeístas, porque los peledeístas no tenían velas en ese velatorio y los que de sabrosos se acercaron a votar, les dieron empujones, trompadas, los insultaron y los echaron afuera.
Será muy difícil demostrar que el PLD como partido votó masivamente en la convención, porque si fuera así, los resultados andarían por una cifra de más de 3 millones de participantes y votantes de dos matrículas, la del PRD y el PLD.
Algo hubo ahí en esa convención de los perredeístas que deben decir qué pasó.
El PRD entra en una crisis interna de partido y en un limbo jurídico, porque la Junta Central no fiscalizó el proceso y el tribunal electoral no está funcionando.
Ese rebú va para largo, por un camino estrecho de amargura, de ataques, contra ataques y de ahí a lo que ha sucedido siempre que se sectorizan e insultan tanto, que se dividen.
Esa es la historia y no hay otra.
Resuelvan ustedes.