El Cairo.- La imagen del expresidente Hosni Mubarak, antes omnipresente en las calles y los edificios de Egipto, ha desaparecido por completo e incluso algunos egipcios se plantean cambiar el nombre de la estación de metro que lleva su nombre.
Mientras el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que dirige el país tras la caída de Mubarak, se ocupa de nombrar un nuevo gobierno y de preparar un referéndum nacional para votar las enmiendas a la Constitución, las calles de Egipto también se sacuden los restos del antiguo régimen.
Durante las casi tres décadas que Mubarak, de 82 años, estuvo en el poder podían verse en las calles, ministerios, tiendas e incluso en el metro grandes carteles alegóricos donde aparecía el presidente con expresión solemne, el pelo negro peinado hacia atrás y aparentando treinta años menos.
Hoy, los marcos de donde colgaba la efigie del expresidente están vacíos e incluso algunos se han cubierto con carteles en los que puede verse la bandera egipcia y consignas que celebran el cambio de régimen: "Ve con la cabeza bien alta, eres egipcio", reza uno de ellos, mientras que otros recuerdan a los mártires de la revolución.
En la Mugamaa, el complejo gubernamental al que los egipcios acuden para hacer trámites administrativos, las marcas de los cuadros y clavos en las paredes desnudas son la única pista de que algún día hubo un retrato de Mubarak en cada uno de los miles de despachos de este edificio de dimensiones monstruosas.
El cambio se hace todavía más evidente en la estación de metro de Mubarak, una de las más ajetreadas de El Cairo, ya que en ella se cruzan las dos únicas líneas y sirve de acceso a la gran estación de trenes de Ramsés.
En el vestíbulo de esta estación, el quiosquero Islam Ali señala con el dedo varios marcos vacíos en las paredes: "Ahí, allí y también aquí había fotografías de Mubarak. Ahora ya no queda nada de nada, han desaparecido todas", recordó.
Ali explicó a Efe que durante los días de las protestas los manifestantes arrancaron las instantáneas del entonces presidente para quemarlas "hasta que no quedó ninguna".
En los andenes, los carteles que anuncian el nombre de la estación aparecen cubiertos por las pegatinas que se han popularizado estos días y que imitan las matrículas de los coches, aunque en vez de los números reglamentarios se lee "25 de enero", fecha del inicio de la revolución.
En la cola para comprar los billetes, una veintena de jóvenes comienza a debatir si la estación debería cambiar de nombre: "Yo creo que tiene que seguir llamándose Mubarak, porque él ha sido el presidente de Egipto durante treinta años", afirmó la estudiante Mina Mustafa entre los vítores y los abucheos de partidarios y detractores de la medida.
El quiosquero de la estación Islam Ali se mostró en desacuerdo con esta idea y propuso que la estación adopte el nombre de "Revolución del 25 de Enero" y que en ella se homenajeen a las más de trescientas víctimas mortales que hubo en los enfrentamientos entre opositores y partidarios del régimen de Mubarak.
En las últimas semanas escuelas, institutos y universidades de todo Egipto que llevaban el nombre de Hosni, Gamal o Suzanne Mubarak se han afanado en cambiar su nombre a "Revolución del 25 de enero" o "Mártires de la revolución".
Mientras sus compañeros discuten entre gritos y risas cómo debería llamarse la estación de metro, Mustafa se mostró inflexible en su postura a favor de mantener el nombre y argumentó: "Hosni Mubarak es parte de nuestra historia, aunque sea una parte de la historia que no nos guste".EFE