Cómo cuidamos nuestras ruinas

Como es sabido la Unesco es, desde la década del 40, el organismo a nivel mundial que se encarga de proteger la riqueza monumental de los pueblos, en particular en toda América y ha servido de guía para la realización de importantes trabajos de restauración de monumentos.

Países con culturas milenarias como Egipto, Grecia e Italia, etc. están dando un ejemplo con el equipo técnico de expertos que trata de aliviar a la célebre Esfinge del constante bombardeo de arena del desierto y, por ejemplo, Grecia, en estos últimos años ha dado inicio a la restauración de casi todos los monumentos de Atenas.

En los fines del siglo XX, los conservadores estuvieron muy preocupados por el respeto a los elementos auténticos, haciendo un gran esfuerzo, porque se conserven lo mejor posible. Con esto quedan eliminados los arcaicos criterios de sustituir las partes dañadas con elementos nuevos, porque la restauración y conservación de los monumentos antiguos y obras de arte, están evolucionando hacía una corriente eminentemente científica y hoy día está mas cerca de la medicina que a los oficios, pero sin que se le pueda ver como una simple ortopedia, sino más bien como una labor técnicamente bien estudiaba y definida.

Tenemos informes que en la Catedral de Toledo se ha trabajado en un proyecto dirigido por Francisco Mingaro, catedrático de Petrología y Geoquímica Sedimentaria, conjuntamente con Concepción López Ascona, sobre la degradación de los materiales de construcción en el cual éstos señalan: “que son infinitos los productos y técnicas aplicados en el tratamiento de las rocas monumentales.

Las reacciones químicas que es posible provocar artificialmente en el interior de los poros con el fin de que precipiten sales y éstas cometen la roca, no son iguales en las pruebas de laboratorio que las que se producen de manera natural en el edificio. De modo que gran parte de las restauraciones que se han realizado y se siguen realizando son puramente empíricas y sólo el tiempo nos dará la razón ó nos la quitará”. En esta misma información el profesor Mingaro dice: “Un buen número de restauraciones realizadas hace algunos años han constituido una verdadera barbarie histórico-artística y por otra parte, el paso del tiempo ha dejado patente la ineficacia del tratamiento”.

E-mail: jrmartinezbur@codetel.net.do

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