Leonel Fernández está usando la mente del PLD como retrete. Con el dinero sacado de las arcas públicas llenó el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto de humanoides y le proclamó que endosaba al PLD las compradas firmas. ¿A quién en el PLD se la van a entregar? ¿No es a usted, presidente? ¿Ahora van a formar otra comisión para que les lleve las firmas a la Oficina Presidencial del PLD y allá usted recibirlas? La masa deliró cuando él hizo su proclama. La razón es sencilla: los humanoides no piensan, lamen.
Como el 70 por ciento del PLD está en contra de la reelección, es lógico deducir que sólo el 30 por ciento figura en los más de 2 millones de firmas recolectadas, entregadas. Lo anterior significa que la militancia peledeísta llega a los siete millones, a pesar de que los inscritos en el Padrón Electoral como electores no llegan a cinco. Es decir, utilizo la pistola de otro y no fue capaz de colocarles sus propios cartuchos. ¿De dónde le salió tanta capacidad para el engaño, para burlarse de sus adversarios internos?
José Tobías, un quisqueyano residente en Miami, Florida, cuenta en su libro Flete sin Destino, que Rafael L. Trujillo, ya en sus finales, envió al coronel y Jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) Johnny Abbes García a un viaje exploratorio por los países socialistas. El objetivo era buscar nuevos amigos pues los yanquis ya le estaban negando esa bendición.
Johnny conoce en Rumanía el cuidador del Castillo del Conde Drácula, quien le dice que el chupador de sangre de Los Balcanes aun está en su féretro en el sótano del Palacio y le asegura que si el cadáver es bañado con sangre pura puede regresar a la vida y estar al servicio del que lo ha sacado de la penumbra.
Súper emocionado regresa Johnny al país: había encontrado la solución para que Trujillo acabara con todos sus enemigos, solo tenía que revivir a Drácula y usarlo como soldado. A Trujillo le encantó el plan y le dio todos los poderes para que Johnny trasladara el cadáver de Drácula al país y Johnny lo hizo.
El 30 de mayo, al mediodía, Trujillo va a reunirse con las cenizas de Drácula, ya había ordenado el apresamiento de dos Obispos, Monseñor Panal de La Vega y Monseñor O´Reilley de San Juan de la Maguana, con esa sangre limpia y pura bañarían a Drácula.
Trujillo dura reunido con las cenizas de Drácula unos 45 minutos, cuando sale no fue capaz de hablar con ninguna persona, se dirige a la base de San Isidro y desde ahí regresa para irse a San Cristóbal, pero en el camino es despedazado a tiros: Drácula quería su sangre.
Balaguer , quien era Presidente de la República, se mueve rápidamente para quedarse con las cenizas de Drácula y mediante el ejercicio de un rito satánico logra sacar a Johnny Abbes de circulación enviándolo para Japón y luego ordenando su asesinato, incluyendo todo lo que tenía: mujer, hijos, perros, gallinas…
Balaguer creía que Drácula debía bañarse con sangre de doncella y ordenó la liberación de los Obispos Panal y O´Reilly. El rito se llevo a cabo, dos vírgenes fueron sacrificadas y sus sangres bañaron las cenizas de Drácula, despertaron al monstruo.
Siguiendo un muy antiguo rito, Balaguer logra que el Alma despierta de Drácula se aloje en su campo energético que reside junto a su centro sexual, que los yogas llaman Kundalini y que los científicos ahora llaman bioelectricidad. Para sacarlo de allí, todo cuanto Balaguer necesitaba hacer era acariciar los pechos de un virgen, una vez activada la energía satánica, sólo necesitaba posar su mano sobre el enemigo real o potencial: así opera la mano muerta. Por esa razón nadie de su partido pudo nunca sacar cabeza, con posarle la mano muerta lo convertía en un humanoide, en aquel que tiene aspecto de un ser humano pero está totalmente lisiado, paralizado, y su rostro, al ser visto por otros, aparece como el rostro de alguien que no tiene vida.
Cuando llega el momento de transferir el poder satánico de Drácula, Balaguer se encuentra con el dilema de que el Conde no quiere a ninguno de su sangre, no quiere mas gallos, pues de hecho ya son de él, la has chupado, así que pide sangre nueva y ahí aparece Leonel Fernández, recibiendo los poderes y aplicándolos a toda sus anchas y a todas sus largas.