El presidente el Centro de Innovación Atabey, Domingo Contreras, alertó sobre los graves daños que ocasionan las plantas invasoras al turismo, la economía y el ecosistema, y urgió por la implementación de políticas orientadas a frenar su rápida propagación en todo el país.
Dijo que lo mas grave de ese problema es que la población ni siquiera lo advierte, mientras las plantas invasoras continúan apoderándose vertiginosamente de los nichos que antes ocupaban las especies naturales y hasta el propio cultivo, lo que ponen en riesgo, inclusive, hasta la seguridad alimentaria de la nación.
“En muchos países, importantes investigadores han llamado la atención sobre la necesidad de que se adopten políticas para parar las especies invasoras. Donde está el serio problema que ni siquiera la gente lo advierte, Son como un cáncer, así como el cáncer es una reproducción masiva e incontrolada de una célula del mismo cuerpo que por diversos motivos termina matando el organismo, estas especies invasoras pudieran tener un efecto similar sobre el ecosistema”, advierte.
Subrayó que los Productores nacionales han visto elevar sus costos de producción, debido a que han tenido que aumentar la inversión para el mantenimiento de sus pastos, por la presencia de las plantas invasoras.
“El sector ganadero está el grito porque los costos de producción se han elevado a niveles vertiginosos. El sector Ganadero es un sector estratégico en la planificación de la seguridad alimentaria. Si eso se ve afectado por la plantas invasoras que disparan los costos para mantenimiento de pastos, se vería afectada la seguridad alimentaria”, sostuvo.
Afirmó que las plantas invasoras tienen un efecto demoledor sobre la economía, en los sectores ganadero, caficultor y productor de plátano, así como en el paisaje y en los elementos más esenciales del ecosistema y de la biodiversidad.
Citó el caso de la leucaena, que fue traída al país como una leguminosa para alimento del ganado y en la actualidad ha pasado a ocupar todos los nichos de las especies nativas, dañando el paisaje y los pastos.
Dijo que también la caliandra que fue traída a la República Dominicana por los mismos motivos que la Leucaena, hoy en día comienza a desplazar las especies naturales, y hasta el propio cultivo en las áreas donde comienza a reproducirse. “Usted ve el horizonte y solo ve esas especies”, agrega Contreras.
Explicó que a pesar de la gravedad del problema al día de hoy no existe un estudio que cuantifique las áreas que ocupan las plantas invasoras y los daños que ocasionan a la economía.
Es por ello, agrega, que Atabey, junto al Jardín Botánico Nacional y el Fondo de Investigación e Innovación del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología realizaran un estudio para medir la expansión de las plantas invasoras y su impacto en la economía.
Explicó que las plantas invasoras producen millones de semillas con una rapidez vertiginosa y tienen la capacidad de durar uno y hasta dos años encima del asfalto, y luego caen encima de un terreno con agua y rápidamente germinar, lo que dice no pasa con las especies normales.