En los días que vive la sociedad dominicana se formulan un sinnúmero de interrogantes sobre su más sagrado documento y cuanto tiene que ver con su contenido. Por ejemplo: ¿es el Tribunal Constitucional un agente de cambio?
Para Milton Ray Guevara, considerado experto constitucionalista, la Carta Magna de la República Dominicana no puede leerse aisladamente, sino en su conjunto y aunque precisa que se han dado pasos importantes, afirma que son insuficientes, pues aún hay que mejorar presupuestos, atenciones, desarrollar las unidades de atención primaria, la medicina preventiva, dedicar mayores fondos a la educación y la salud, entre otros.
Ray Guevara cree que “el único camino que le queda al Gobierno con el Consejo Nacional de la magistratura (CNM) y el Tribunal Constitucional (TC), es llegar a un acuerdo con las fuerzas políticas y someter nuevamente esas leyes al congreso Nacional para su aprobación”.
Según su criterio, la ley que crea el CNM no tuvo una aplicación correcta de los mecanismos de procedimiento legislativo.
Milton Ray Guevara ha reflexionado acerca del “fraude constitucional”, en la medida en que exista complicidad entre el poder legislativo y el ejecutivo cada vez que aprueben una ley orgánica y concluye que “lo más razonable jurídicamente es que en la próxima legislatura, previo un acuerdo entre las fuerzas políticas se aprueben el CNM y el TC”, como vía correcta: “a menos que se quiera reescribir el Derecho Constitucional y convertirnos en payasos del derecho”.
Amplios debates se escuchan en el país, unos a favor, otros en contra. Otra opinión del momento es la del jurista José Alejandro Ayuso, autor del libro La Constitución, Derecho Internacional e Integración Supranacional, quien expresó su satisfacción con la aprobación por parte de la Cámara de Diputados de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, la cual considera que “se ajusta a las disposiciones sobre el ejercicio del control jurisdiccional de constitucionalidad sobre los actos de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, así como a las condiciones positivas y negativas que deben cumplir los aspirantes a magistrados del Tribunal Constitucional”.
En definitiva, la sociedad dominicana no sabe qué puede suceder “mañana” y cuánto de “traje moldeable” ajustarán a su Constitución quienes presumen que tienen el poder para hacerlo. Ray Guevara la denomina “Constitución del Siglo XXI” y llamó a “sentirla y vivirla” ¡Así sea!