Recuerdo el tiempo de autoanálisis, buscándome a mí mismo, mirando el rumbo, que viví en la Escuela de Evangelización Juan Pablo II, caigo en el perverso mundo de los mal llamados líderes, y cómo voy por otro derrotero ansiando el bienestar de todos, me permito grabar. Ya bastan los atropellos. Señores hay que cambiar, en silencio arrepentirse, un giro distinto de los caminos perversos a los buenos. No perciben que necesitan una transformación; una vida nueva.
Mantengo la fe de que habrá un cambio, el respeto a las leyes y la vigencia en la moral en todo el quehacer. Siento que debo repetirlo. Vivo la esperanza sin fronteras como la del pobre. Es su aliento de mejoría, por eso lo retiene. Es la gran joya de los bienes espirituales. La esperanza es un faro que lo dice todo. El faro es luz beneficiosa, lo disfruté en la mar.
El haber actuado con sentido de una vida para hacerse millonario violando lo honesto de lo útil, le llegará el momento del pesimismo como escribió Schoperhauer, “Los hombres nacían para ser consumidos por las faenas al igual que las mosca devoradas por las arañas”.
Cuando en el patio saltan las hojas caídas del aguacate, oigo que me dicen: Somos las palabras que debes seguir grabando, diciéndoles a tus hermanos que den vigencia a las buenas costumbres, aún pueden, siempre hay lugar para salvar la Patria de los que sólo piensan y actúan en contra de la dominicanidad. No te silencies, sería condenarte. Nosotros palabras de Patria debemos convertiros en imagen viviente de bienestar de todos.
Somos el amor eterno, sabemos que muchos nos ignoran, no importa, están enfermos no han despertados. Nosotros lo vamos a traer a la vida en esta tierra sagrada para ser felices.
Se unen las hojas que caen del mango, también son palabras sentenciando que cuando se establece un sistema de impunidad, se está permitiendo el enriquecimiento de quienes se hallan a la sombra del poder y se crea la injusticia. Eso no es de la democracia, sencillamente de un sistema corrupto.
Dan la espalda a la ley de naturaleza que indica que la ambición desmedida rompe al equilibrio, se desborda y todo lo pierde. Urge la presencia efectiva de la moral administrativa, con una generación que no se dejen corromper.
¿Qué hacer ante la avaricia de un mundo que niega el amor? Los hombres no quieren ver que las grandes obras han nacido desde la pobreza, sin recursos, sí, con la firme voluntad de luchar, luchar, para el bien de todos; solo presento a Nelson Mandela. La humanidad necesita constructores de amor del hombre por el hombre. Nos urge la pasión de vivir, amar.
Se puede caminar en sendas de luz abrazando en buen combate hasta llegar a l final obrando conforme a la buena voluntad.
Los dominicanos necesitamos beber la copa de la vida moral, como le escribió Platón al rey Arquitas. “Conozca que no ha nacido para si solo, sino para la Patria y para los suyos”, y como los politicastros nunca conocen el sumo bien por estar violando lo que la razón indica, les presento a Zenón de Citio quien reduce el sumo bien al decoro, esto es la honestidad, y me permito pensar que debe amarse el dinero adquirido conforme a la letra de las leyes.
El autor de vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.