Berlín.- El viejo aeropuerto de Tempelhof de Berlín, base del puente aéreo aliado que salvó al sector occidental del bloqueo soviético (1948-1949), se metamorfoseará en una montaña artificial desde la que otear la capital alemana.
Tras meses de discusiones, se impuso ganador del concurso internacional sobre la futura utilización de Tempelhof el proyecto del arquitecto holandés Eelco Hooftman, que apuesta por colocar un montículo rocoso sobre lo que fueron las pistas centrales de aterrizaje y despegue, indicaron hoy a Efe fuentes de la entidad que gestiona el antiguo aeródromo.
La montaña, de 60 metros de alto, quedará emplazada en la parte central del solar que ocupó el aeropuerto, un área de 300 hectáreas en pleno casco urbano, mientras que el resto será un gran parque ciudadano, explicó Martin Pallgen, portavoz de Tempelhofer Freiheit, entidad encargada de decidir el futuro del recinto.
El diseño presentado por Hooftman se inspira en los cuadros del pintor alemán Caspar David Friedrich (1774-1840) y coloca sobre la cumbre de la montaña una imagen del actor suizo Bruno Ganz, a imagen del ángel que interpretó en el filme "El cielo sobre Berlín", de Wim Wenders.
"Ese será sólo un aspecto del parque, el resto seguirá siendo utilizado como hasta ahora, una zona de ocio ciudadana donde pasear a pie, en bicicleta, patinar, realizar vuelos sin motor o practicar el esquí de fondo en invierno", añadió Pallgen.
Tempelhof quedó cerrado como aeropuerto en 2008, tras 80 años en activo, y hasta ahora no había quedado claro cuál iba a ser el destino de esa gran superficie urbana.
Desde mediados del año pasado quedó abierto al público, como gran parque popular, y desde entonces ha sido utilizado como zona de esparcimiento.
La entidad gestora prevé tenerlo completamente reurbanizado para 2013, incluida la montaña artificial, y en el proyecto se invertirán 61 millones de euros.
Tempelhof, inaugurado en 1923 y convertido durante el nazismo en aeródromo central de la capital del Tercer Reich, forma parte de la memoria colectiva de Berlín como el aeropuerto que salvó a la ciudad del bloqueo soviético, entre el 26 de junio de 1948 y el 12 de mayo de 1949.
Durante casi un año, el puente aéreo aliado posibilitó el abastecimiento en alimentos, medicamentos y otros productos del sector occidental de la ciudad.
Los bombarderos que aterrizaban en ese lugar se ganaron el apodo de "Rosinenbomber" ("bombarderos de pasas"), ya que, junto con sus suministros transportaban paquetes de golosinas, que lanzaban en pequeños paracaídas.
Las fotos de los niños berlineses esperándoles con los brazos alzados quedaron como emblema de la operación humanitaria con la que la aviación aliada perdió así la imagen de "enemiga" que tuvo durante los devastadores bombardeos de la II Guerra Mundial.
En total se transportaron 2,3 millones de toneladas de alimentos, carbón y medicinas en 280.000 aviones.
Tempelhof, un espectacular complejo semicircular que con sus 307.000 m² es uno de los de mayor superficie del mundo, cerró sus puertas en 2008, tras un largo debate ciudadano acerca de la oportunidad de dejar en servicio este aeropuerto que estaba en pleno casco urbano y era deficitario. EFE