Las palabras obscenas escritas en las paredes de los pasillos, las aulas y los baños, la falta de un laboratorio de ciencias y el centro de informática dan a entender que en el Liceo República de Argentina, ubicado en la calle Mercedes, esquina Duarte, en la Zona Colonial, no hay autoridad.
Aunque los alumnos están conscientes de que los conocimientos en ciencias y tecnología son herramientas imprescindibles del Siglo XXI, no entienden cómo existen escuelas que no priorizan áreas tan importantes para la actual y futura generación juvenil.
Consideran insólito, además, que tampoco cuenten con un centro de informática, disciplina que podría facultarles para obtener un empleo con el cual pagar sus estudios universitarios.
Pero, el Liceo República de Argentina carece también de una cancha de baloncesto que permita a los jóvenes recrearse y dedicarse a una actividad deportiva que fortalezca mente y cuerpo, a la vez que los aleja de vicios y acciones ilegales.
El plantel, que funciona en la mañana como Liceo República de Argentina, con una matrícula de 563 alumnos; en la tarde como Escuela Padre Billini, con 350 estudiantes y en la noche como Liceo Eugenio María de Hostos, que cuenta con 24 aulas tímidamente equipadas.
La carencia de pizarras y materiales gastables como tizas y borradores dificultan la labor de los profesores. Pese a que no hay sobrepoblación estudiantil, estos inconvenientes impiden la total concentración de los estudiantes quienes deben interrumpir las clases para prestar o buscar algún elemento sustituto.
Otra urgencia del centro educativo es la reconstrucción de una instalación física que permita crear más aulas en espacios deshabilitados por fallas en la edificación, así como la creación de un salón de actos para las actividades de la escuela y las reuniones con los padres.
También resulta apremiante pintar el plantel, a fin de quitar los garabatos y palabras ofensivas escritas en las paredes por algunos alumnos de diferentes tandas, que la utilizan para dejar mensajes a sus rivales, con lo cual la escuela exhibe un aspecto antihigiénico.
Otro factor que representa un peligro, tanto para estudiantes y profesores, es la falta de pasamanos en la escalera del plantel, pues a la hora de recreo los muchachos salen despavoridos del aula y bajan agrupados por los escalones, situación que puede provocar graves accidentes sino se actúa a tiempo.
En este sentido, el director de las tandas matutina y vespertina, Felipe Santiago, narró que la problemática de la escalera, la cancha y los laboratorios de ciencias e informática “constituye un dolor de cabeza para su administración”, pues la posibilidad de resolverlos requiere de la colaboración del Ministerio de Educación, solicitada desde períodos anteriores, cuando lo encabezaba Melanio Paredes. De todos modos, sostiene que “aún tiene esperanza de que la actual ministra, Josefina Pimentel, escuche sus peticiones”.
En ese mismo contexto se expresó el profesor de Educación Física, Elías Gómez, quien ama apasionadamente su oficio, pero los inconvenientes para enseñar a sus pupilos un deporte lo tienen atormentado y sólo les imparte ejercicios recreativos.
Aunque el recinto educativo recibe estudiantes de diferentes sectores como Villa Francisca, San Carlos, Santa Bárbara, San Lázaro, entre otras zonas aledañas, el nivel de delincuencia es mínimo, al igual que la deserción escolar y la taza de adolescentes embarazadas es casi nula.
Denuncia iglesia dentro de escuela
En el tercer nivel del Liceo República de Argentina hay un salón en el cual funciona una iglesia evangélica, protegida por verjas y puertas de caoba, imagen que contrasta con la situación precaria del plantel.
Profesores que pidieron no ser identificados criticaron la situación y argumentaron que ese local podría ser usado como salón de actos de la escuela; pero, desconocen si esta utilidad como iglesia funciona con el consentimiento del Ministerio de Educación o si fue alquilado.