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El gringo de Capotillo

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Cuando en los años 1997-98, en Capotillo reinaban como jefes del microtráfico Luís Paula Rosario (Luís Quita Tenis), Nino Cuboy, Danny 45, Nanao,  Nando Neris, Álvaro de Paula (Koketa), Jhony El Policía, entre otros, en el mercado de la avenida Duarte hacía su aspiración vendiendo latas de carbón, un joven llegado de San Juan de la Maguana.

Este personaje se llamaba Manuel Emilio Mesa Beltré. “El Gringo”.

Por no tener estructura, ni experiencia en los callejones y las calles de Capotillo, San Juan o El Gringo estaba por debajo de Quita Tenis y era uno más de sus distribuidores.

El Gringo tenía una cosa que otros no tenían, era blanco y tremendamente guapo. En poco tiempo sus hazañas le dieron a conocer.  Una vez que Luís Quita Tenis cayó preso, Danny 45 asesinado en la cárcel de La victoria, El Gringo se apuntala como un nuevo jefe en el centro del microtráfico: las calles 42 y José Martí.

En poco tiempo El Gringo crece moviéndose de un lugar a otro en una pasola por Capotillo. Conocía el camino de quien será su gran socio (El Chino).

Ambos pasaron a controlar y cuando Luís Quita Tenis sale de la cárcel, reclamó el territorio que entendía suyo. Esto no fue reconocido por El Gringo y El Chino, quienes les declararon una guerra donde cayeron vendedores de uno y otro bando.

Desplazado Quita Tenis, se imponen las reglas y los dos grandes: El Gringo y El Chino,  crean una red poderosa capaz de negociar directamente con los colombianos, captan a políticos influyentes de los principales partidos PRD, PRSC y PLD.

También colocan a sus servicios altos oficiales policiales y militares, de esos que manchan el uniforme y por arte de magia pasan a ser “empresarios”.

El Gringo instala lico- store, boutiques, compra fincas, construye plazas e invierte en casas de cambio y otras propiedades; claro que no a su nombre, sino de sus mujeres y facilitadores.  Por su parte, El Chino monta una tienda aparte, en sus negocios tan bastos como los del El Gringo.

Cuando El Gringo fue apresado próximo a la Casa de Cambio Hermanos Solano y los oficiales de la Dirección Central Anti-narcóticos de la policía (DICAN), ocupan dentro de una jeepeta último modelo BMW más de cuatro millones de pesos en efectivo, trata de sobornar y al no lograrlo llama para que les lleven de inmediato un recibo de un alegado préstamo por cuatro millones de pesos, en un intento desesperado por evadir la culpabilidad.

Recientemente, Sobeida Morel, la dama sexy de Figueroa Agosto, luego de negociar con la fiscalía declara en el tribunal que el dinero para comprar la mansión de Arroyo Hondo, que habitaba Mery Peláez provenía de esta de Casa de Cambio.

La casa de cambio Hermanos Solano fue allanada por la Dirección Central Anti-narcóticos de la policía (DICAN), donde se encontraron más de 50 millones de pesos en bultos, escritorios y cajas.  Parte de ese dinero estaba podrido.

Es la propia Sobeida Feliz Morel quien revela el papel de la Casa de Cambio Hermanos Solano en la organización de Figueroa Agosto, y es el Gringo el que llama a esa agencia para que les lleven un bola de humo el recibo de préstamo, una jugada tan burda que en el tribunal ni él, ni sus abogados pudieron justificar el origen de esta suma, por lo cual se le condenó a ocho años de prisión.

En Najayo, donde tiene su celda, El Gringo vive como le da la gana: tiene visitas conyugales, televisor, nevera, bebidas, incluyendo la bebida de los dioses, finos vinos y alcohol.

Nuevamente El Gringo es noticia y de qué manera: fracturándole un brazo al encargado de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), en la cárcel de Najayo.  Todo comenzó porque este recluso violento, prepotente y criminal se molestó porque el capitán Orlando Stephan de la Rosa no le había devuelto un televisor incautado para revisarlo y ver si tenía drogas ocultas.  Eso fue suficiente para que este come gente y león enjaulado lo agrediera, haciéndole saber que lo mandaría a matar junto a su familia.

Sobrada razón tiene el jefe de la policía de calificar de “vulgar delincuente y analfabeto” a El Gringo.  Lo que procede en este caso es, no solamente condenar el hecho, sino que el capitán agredido se querelle por amenaza e intento de asesinato.

La DNCD y la policía como instituciones deben presentar una demanda- querella.

Estas acciones merecen un castigo ejemplar y tomar en cuenta el planteamiento del jefe de la policía Mayor General José Armando Polanco Gómez, de que en el país hay que construir una cárcel de máxima seguridad para estos reclusos violentos que se creen dueños y señores del mundo, donde puede insultar, agredir, golpear y mandar a asesinar por encargo, porque dinero tienen de sobra para financiar dentro y fuera de las cárceles sus fechorías.

El Gringo de Capotillo merece lo que se buscó, una sentencia ejemplar y una condena por este último hecho, independientemente de la condena que guarda.

Las autoridades y los jueces tienen la palabra.
¿Quién da el primer paso?

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