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Ensanche Luperón convertido en zafacón de hospital

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Los residentes del Ensanche Luperón del Distrito Nacional se sienten abrumados por la improvisación de un vertedero, ubicado en la calle 16, el cual se ha convertido en el zafacón, no solo del barrio, sino del Hospital Francisco Moscoso Puello y de zonas aledañas.

Debido a los desperdicios del centro de salud pública, la contaminación ambiental que alberga el lugar mantiene preocupados a los colindantes del hospital, que no entienden cómo las autoridades sanitarias carecen de un servicio especial para deshacerse de los residuos.

De acuerdo a declaraciones de vecinos, en el sumidero se han observados gasas ensangrentadas, jeringas, guantes desechables y otros materiales usados en operaciones quirúrgicas, que son esparcidas por personas dedicadas a buscar en las fundas de basuras, todo lo cual causa una diseminación de mugre que mantiene en vilo a la barriada.

Tal es el caso vivido por Rafael Núñez, quien un día se llevó tremendo susto cuando su perro entró a la casa con un pedazo de gasa ensangrentada en la boca, causándole tal repugnancia, que decidió deshacerse del animal por temor a que su mascota se hubiera contagiado con cualquier bacteria.

Pero, en el basurero también tiran desperdicios de carnicerías, animales muertos, y todo tipo de desechos, por lo que el olor nauseabundo que respiran las personas que habitan en el Ensanche Luperón se hace insoportable.

Aunque la Junta de Vecinos: La 35 Oeste, ha acudido al Ayuntamiento del Distrito Nacional a fin de solicitar ayuda y hasta han colocado policías para que vigilen la zona, el problema permanece, pues cuando los agentes que custodian la calle se retiran, vuelven a depositarse los desperdicios.

Y es que los tricicleros de barrios como el Capotillo, Las Cañitas, Simón Bolívar, La 4 de Abril y Albert Thomas ponen allí sus cargas de basuras y los chiriperos, que por 15 pesos se comprometen con los vecinos a botarlas lejos, a fin de cuentas las ubican en el zafacón improvisado.

Debido a que la zona donde está el acopio de despojos es poco concurrida, los viciosos, drogadictos aprovechan esa condición para recoger jeringas del basurero e inyectarse sus drogas, sin importar que alguien los mire.

En ese sentido una señora, que solicitó a DominicanosHoy no ser identificada, narró que en una ocasión vieron a un hombre tirado en el suelo en medio de la basura y al considerarle muerto decidieron llamar a la policía. Los agentes le dieron “tres patadas” y el individuo reaccionó. Se supo entonces que su estado se debía a una sobredosis de drogas.

Otro problema

Pero no sólo la basura que expide el hospital mantiene en zozobra a los lugareños, sino también el hedor inmundo debido a la incineración de órganos humanos en la parte trasera del edificio.

Los vecinos del sanatorio indican que la cremación de residuos humanos se realiza cada cierto tiempo, pero cuando lo hacen, la fetidez es insoportable, por lo que han solicitado varias citas para hablar con el director del hospital, Roberto Lafontaine, con quien no han podido concretar una entrevista.

Según el presidente de la junta de vecinos: La 35 Oeste, Hugo Calderón Capellán, tanto el ayuntamiento como el hospital están al tanto de los inconvenientes que causan al sector, pero ambas instituciones se mantienen indiferentes e insensibles al malestar ajeno.

Los beneficios que posee el sector Luperón de contar con un centro de salud, se ven mermados con el foco de contaminación ambiental que puede generar este vertedero improvisado en perjuicio de sus habitantes.

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