Parece que fue ayer cuando en 1984 la comunidad teresiana del país, con su ojo crítico observó las debilidades del sistema educativo, despertando de inmediato su interés y deseo de aportar a su avance y desarrollo.
Ubicado en la calle Pina No. 10 de la Zona Colonial, el Centro Cultural Poveda cumplirá próximamente 26 años de compromiso con la educación dominicana.
Como buen sembrador, el Poveda está regando y abonando la tierra de nuestra nación con semillas de justicia y libertad.
Aunque es uno de los pilares de la Coalición por una Educación Digna, que demanda del estado el cumplimiento de la ley que establece un 4% para el sector educativo, el Centro Cultural Poveda ha picado delante con una propuesta innovadora basada en la filosofía y criterios de participación de Paulo Freire, la cual está poniendo en practica en una franja importante del territorio dominicano.
Poveda apuesta a una escuela comprometida, que asuma el método de trabajo de este valioso educador e influyente teórico de la educación, nacido en la república del Brasil.
Abrazada a esta filosofía, la sagrada aspiración de los povedanos es construir una educación horizontal, crítica y consciente.
Una muestra de este esfuerzo es la maravillosa experiencia que en base a la aplicación de una estrategia de participación desarrolla la entidad pedagógica en el Distrito Escolar 01 de la provincia de Pedernales, en el suroeste del país, a lo igual que en otras localidades.
Una de las estrategias del Poveda lo constituyen los Proyectos Participativos de Aula (PPA), los cuales se mueven en función de cuatro ejes fundamentales, cuyas tendencias apuntan hacia la conquista de la mejora de la calidad educativa y la elevación de las condiciones de vida material de la población.
Para los PPA la educación es una lectura crítica permanente, porque crea sensibilidad ante los problemas, es comunitaria, porque coloca al sector educativo en el camino del compromiso, convirtiéndolo en el protagonista directo del desarrollo local.
Los PPA juntan a educadores, alumnos y padres en el propósito de ver, contemplar y colocar a sus actores en condiciones de elaborar planes y emprender acciones que arrojen resultados beneficiosos a la comunidad.
Es digno de reconocimiento el esfuerzo de mujeres como Rita Ceballos, Noris Garabito, Argentina Henríquez, Celeste González, Pilar Cachofeiro, entre otras personas, quienes a fuerza de sacrificio, empeño y valentía empujan hacia delante el carro de la educación popular, conduciendo la enseñanza y el aprendizaje por senderos de luz y esperanza.
La experiencia educativa de Pedernales aplicada por el Poveda tiene su impacto, ya que su teoría se envuelve en una práctica que la hace trascendental y rica en contenido.
La educación de Pedernales podría ser vista en el marco de un plan piloto, como el inicio del gran recorrido que han de llevar a docentes y educandos a convertirse en los protagonistas de su propio desarrollo.
Los pedernalenses están compelidos a capacitarse y empoderarse para luego emprender iniciativas que den al traste con la superación de su problemática.