Cerca de 150 personas por día eran impedidas de entrar ingiriendo bebidas alcohólicas a la recién finalizada Feria Internacional del Libro 2011, la que intentaban entrar hasta en biberones de niños.
Jóvenes y adolescentes de ambos sexos también intentaron entrar bebidas alcohólicas en loncheras y en los denominados chupi chupi a los terrenos de a Plaza de la Cultura, donde por 19 días se realizó el importante en evento.
Miembros de la seguridad de la feria fueron, incluso, agredidos físicamente en momentos que decían a jóvenes y adolescentes la disposición que había de no dejar entrar bebidas alcohólicas a los terrenos de la Feria del Libro.
Sin embargo, el Ministerio de Cultura dio permisos algunos negocios que se instalaron en los terrenos de la Plaza de la Cultura para que vendieran cerveza, ron y otras bebidas alcohólicas, durante el tiempo que estuvo la feria.
El día de la clausura de la Feria del Libro agentes de la seguridad fueron golpeados por jóvenes que se negaban a entregar las bebidas alcohólicas detectadas, llegando hasta provocar heridas de consideración en el rostro a empleados.
Agentes de seguridad agredidos dijeron en ocasiones se vieron obligados a recurrir a los bastones eléctricos para someter a la obediencia a jóvenes y adolescentes que se negaban entregar la bebida.
