A Danilo Medina le cayó gas morao. De nada le valdrá asumir un discurso de campaña, propio de la oposición, porque aunque no sea funcionario público, es un miembro del comité político y central del partido que está subido en el palo.
Danilo va tener que cargar con la desgracia, el lastre y la podredumbre del gobierno peledeísta.
La mala gestión del gobierno de Fernández será endosada a la costilla de Danilo Medina.
Danilo tendrá que cargar con el fardo de su gobierno y prepararse, porque su segunda derrota como candidato presidencial le será estrujada por los mismos que dicen hoy apoyarlo.
Aunque se vista de oposición, diciendo que “hará lo que no se ha hecho y corregirá lo que esta mal”, a Medina no lo salva ni el médico Chino.
Sin arrancar la campaña, dos encuestas de alta reputación ya lo arrinconan en un lejano segundo lugar.
Nosotros nos preguntamos, ¿qué le pueden sumar a su candidatura funcionarios peledeístas, muchos de ellos acólitos de Leonel, sindicados por la opinión pública como corruptos?
Danilo, quien lleva varios años fuera de la administración peledeísta, está más que consciente que la República Dominicana atraviesa por la peor crisis de toda su historia.
Danilo sabe que los precios de la canasta familiar experimentan alzas, incluyendo el pan que comemos cada día.
Un gobierno que no responde a los reclamos de los consumidores de la energía eléctrica, la cual sigue siendo la más cara de todo el continente, no debe hacer esfuerzo por quedarse en el poder.
La mala calidad de los servicios de agua potable, salud y educación se desarrollan con todas las precariedades del mundo, con denuncias permanentes sobre la mala calidad del desayuno escolar.
El gobierno peledeísta sigue sin prioridad y sin encontrar la forma de cómo enderezar los entuertos del país y resolver los problemas estratégicos de los dominicanos.
Representantes de organismos internacionales han expresado que el sistema económico de la nación ha sido permeado por el narcotráfico, se observa un desgaste en el presupuesto nacional, con la peor crisis de alimentos y petrolera mundial.
De su lado, la corrupción sigue ganando espacio, las drogas campeando por sus fueros y funcionarios devengando salarios de lujos y exhibiendo con el peor desparpajo mansiones y palacetes que se constituyen en burla y vergüenza para los pobres.
Mientras esto sucede, en la acera del frente están los de a pie, a quienes como reconocimiento a su miseria se les entrega una tarjeta para adquirir algunos alimentos gratuitos.