NUEVA YORK.- Uno de cada siete pacientes oncológicos gasta más del 20 por ciento de su ingreso en atención y seguro, revela un estudio de un equipo federal de Estados Unidos.
Entre esos pacientes, los que pagan directamente un seguro privado, no a través de un empleador, son los que más dinero desembolsan para su atención, comparados con los pacientes con otros tipos de cobertura o sin seguro alguno.
«Al ver esto», se observa que los pacientes con cobertura privada, no a través de un plan grupal, tienen «un problema de subcobertura», dijo la doctora Didem Bernard, economista senior de la Agencia para la Investigación y Calidad de la Atención Médica de Estados Unidos y autora principal del estudio.
Con encuestas realizadas a unas 4.200 personas con cáncer y a unas 149.000 sin cáncer, el equipo de Bernard analizó los ingresos y los gastos en atención, incluidas las primas de seguro, en los adultos menores de 65 años.
«Vimos que (las personas con cáncer) soportan cargas mucho más altas que las personas sin esa enfermedad o con otras enfermedades crónicas», dijo Bernard.
El 13 por ciento de los pacientes con cáncer invertía por lo menos una quinta parte de su ingreso en la atención de su salud y el seguro.
Lo mismo sucedía en apenas el 10 por ciento de los pacientes con enfermedades crónicas y el 4 por ciento de las personas sanas.
«Este estudio confirma resultados previos sobre que la carga económica de la atención del cáncer puede ser enorme», dijo el doctor Neal Meropol, jefe de la División de Hematología y Oncología de University Hospitals Case Medical Center y de Case Western Reserve University.
Meropol comentó que los nuevos fármacos oncológicos son extremadamente costosos.
Bernard apuntó que los gastos de los pacientes con cáncer pueden aumentar por la gran cantidad de otros problemas asociados con el tratamiento oncológico, como las cirugías para extirpar tejido tumoral o la atención de la depresión agravada por el estrés que produce convivir con la enfermedad.
El estudio, publicado en Journal of Clinical Oncology, incluyó los gastos en salud entre el 2001 y el 2008: 43 de cada 100 personas con cobertura privada individual gastaba más del 20 por ciento de su ingreso en el tratamiento y las primas del seguro.
En cambio, hacían lo mismo 26 de cada 100 personas sin cobertura y nueve de cada 100 personas con cobertura a través del empleador.
Que los pacientes sin cobertura no tengan la mayor carga económica de la atención no sorprendió a la autora. «Probablemente, reciben menos tratamiento», dijo.
La ley llamada Affordable Care Act, aprobada en el 2010, obliga a todos los ciudadanos de Estados Unidos a tener un seguro para el 2014 y le otorga a los estados la administración de «intercambios» de seguros de salud competitivos para facilitar el acceso al seguro privado individual.
Para Bernard, la ley beneficiará a los pacientes oncológicos. En cambio, los detractores de la ley sostienen que el requisito de contar con cobertura podría ser mucha presión para la población que no puede pagar las primas de los seguros.